tag:blogger.com,1999:blog-10068607108627169592024-02-19T00:28:02.493-08:00Sr DosisBohemio profesionalCarlos G Garibayhttp://www.blogger.com/profile/05114379964525509417noreply@blogger.comBlogger158125tag:blogger.com,1999:blog-1006860710862716959.post-34307459159083060002023-07-22T07:44:00.000-07:002023-07-22T07:44:39.308-07:00Levantar anclas, quemar algunas naves...<div style="text-align: left;"><div style="text-align: center;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjX9Fju5sXn1YJgf6SOWrTR3FEt4fd838wgPsb9lc97TY0BV4ardhoDmwsLH_Gs5EfFZ8m6ubYmJz6kv84LdB8-7CyazFwMy4WCRlmOGL0az3J70km6gD1MUWVj43nV8YHZVQlRxM_VYg9Om1pAxjLQO8ldQDVNXtgcHEMmMCsoT0S3l06CPeXFCqsmx_4/s1600/WhatsApp%20Image%202023-07-22%20at%208.12.21%20AM.jpeg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1200" data-original-width="1600" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjX9Fju5sXn1YJgf6SOWrTR3FEt4fd838wgPsb9lc97TY0BV4ardhoDmwsLH_Gs5EfFZ8m6ubYmJz6kv84LdB8-7CyazFwMy4WCRlmOGL0az3J70km6gD1MUWVj43nV8YHZVQlRxM_VYg9Om1pAxjLQO8ldQDVNXtgcHEMmMCsoT0S3l06CPeXFCqsmx_4/s320/WhatsApp%20Image%202023-07-22%20at%208.12.21%20AM.jpeg" width="320" /></a></div></div><div style="text-align: right;"><i><br /></i></div><div style="text-align: right;"><i>"Mi corazón anclado a la tormenta es como un barco que va cargado de agua.</i></div><div style="text-align: right;"><i>Sin más tesoro que la suerte incierta que gobierna su lento navegar."</i></div><div style="text-align: right;"><i><br /></i></div><div style="text-align: right;"><i>—Santiago Auserón, Juan Perro, El Barco de agua</i></div></div><p style="text-align: right;"><br /></p><p style="text-align: justify;">Hay algunos barcos anclados en la bahía. Barcos cargueros. Han estado allí desde que llegué, quizás más tiempo. Imagino que estarán esperando turno para entrar a puerto y cargar su carga o algo así.</p><p style="text-align: justify;">¿Cuánto costará que un barco carguero esté anclado? Supongo que por el simple hecho de estar allí, sin hacer nada, es decir, sin estar navegando cargando un montón de mercancía, debe estar generando gastos. Por la noche se ven iluminados, luego entonces están consumiendo energía eléctrica. La tripulación que está dentro seguramente consume comida y agua. En fin.</p><p style="text-align: justify;">Supongo que los cargueros con todo y su tripulación se toman mejor que yo el estar en un momento de desconexión.</p><p style="text-align: justify;">La última vez que escribí algo en este espacio fue en marzo de 2020. Cuando aún esperaba que la recién iniciada pandemia terminara en un par de semanas. En este lapso han pasado un montón de cosas, demasiadas como para enumerarlas aquí ahora.</p><p style="text-align: justify;">Ese momento ya es lejano y hoy no soy el mismo que hace algunos días, qué decir de hace tres años...</p><p style="text-align: justify;">Solo sé que ya es hora de continuar escribiendo.</p><p style="text-align: justify;">Mis amigos arrabaleros, que me escuchan cada sábado y que me han brindado una paciencia inmerecida cada vez que paso tiempo sin hacer mi programa deben saber algo que no les he compartido a muchos de ellos. Tengo cerca de un par de meses dedicándome a conducir para una plataforma de viajes que empieza con U y termina con uber. Las circunstancias exigían que encontrara una manera de tener algo de flujo diario de efectivo y esta actividad me lo ha brindado. Logré detener la caída pero aún estoy tratando de levantar el vuelo. Me ha ayudado mucho aunque es algo incompatible con el Arrabal. Termino cansado y al día siguiente salgo a ruletear. Espero que pronto llegue el momento en que pueda dejar de hacerlo así. </p><p style="text-align: justify;">Eso sí, ha resultado divertido.</p><p style="text-align: justify;">En este tiempo se me han subido (al carro) gringos, pochos, españoles, franceses, alemanes, hindúes, brasileros, ecuatorianos, guatemaltecos, cubanos, venezolanos, una caribeña de país sin precisar, regios, chilangos, <i>shihuahuenses</i>, colimenses, queretanos, un cabrón que se las dio de diputado, varias locas, algunas reinas del barrio, un par de entes que no pude saber qué diablos eran... he tenido oportunidad de practicar mi inglés más veces y con mayor éxito en este tiempo que en todos los años que he sido programador, implementador de sistemas y empresario.</p><p style="text-align: justify;">Voy coleccionando historias y anécdotas.</p><p style="text-align: justify;">Mis amigos me han dicho que cargue con mi libretita para anotar lo que salga. Algunos otros me han sugerido que haga notas de voz. He considerado ambas opciones, desde luego, pero no resulta tan sencillo detenerse a tomar notas cuando ya tienes que ir por el siguiente pasaje que espera que lo hagas con prontitud. El temor por que las historias pierdan la frescura en la mente prevalece y me da ese sentido de urgencia por escribir que espero aprovechar.</p><p style="text-align: justify;">Muchos de esos amigos que me escuchan saben que también soy escritor, aunque también saben que tengo tiempo sin escribir. Creo que por el momento les debo al menos el retomar la pluma y sacar algunas líneas con mi mejor empeño.</p><p style="text-align: justify;">Mi maestro don Diego Moreno ha estado muy al pendiente de mí. Lo veré en octubre cuando coincidamos en Guadalajara. No puedo llegar a verlo con las manos ni las cuartillas vacías. </p><p style="text-align: justify;">Tuvo a bien enviarme algunas líneas en las que comparte gentilmente conmigo parte de su experiencia. Ha tenido la oportunidad de coincidir con algunos grandes (me puse a reflexionar y he caído en la cuenta de que yo también, guardando las proporciones, claro). Me daré el gusto de copiar para ustedes un par de párrafos de él:</p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: courier;">Te paso el mismo consejo que me dio <b>Pablo Neruda</b> cuando hace media vida lo conocí en un recital suyo en Río de Janeiro, Brasil. Gracias a que mi amigo Enrique Valdovinos Copel (<i>la oveja negra de los Copel. Era poeta, pianista, bohemio, entonces de unos 50 años</i>) lo conocía personalmente, y me lo presentó. Anduve con ellos dos días. Al despedirse de nosotros, porque iba de camino a Paris a asumir la Embajada de Chile en Francia, me atreví a preguntarle "Maestro, quiero ser escritor. ¿Qué hago?" Se me quedó viendo con su mirada de dinosaurio y me dijo secamente "Escribe"</span></p><p style="text-align: justify;">Me quedo con la frase "la oveja negra de los Copel". Me recuerda al patito feo. Nadie se acuerda de sus hermanitos que eran todos blanquitos y bonitos.</p><p style="text-align: justify;">Este año cumpliré 50 años, y en pocas palabras, creo que quiero lograr construir una mejor versión de mí mismo. En mi salud, en mi persona, en mi condición física y también en las cosas que me definen fuera del plano profesional, como leer, escribir, hacer radio, etc. Hay algunas personas muy especiales y cercanas a mí a quienes quiero dedicar ese esfuerzo. Esas personas saben quienes son, no me gusta enlistarlas porque suelo regarla cuando lo hago.</p><p style="text-align: justify;">Sin embargo, quiero dedicar estas líneas especialmente al viejo amigo y leal arrabalero Álvaro Becerra, mi <i>Caifo</i>, quien está por hacer algo que percibo que le asusta, pero que al mismo tiempo lo llena de ilusión. Aplaudo tu valentía, amigo, y creo que comprendo el afán de querer emprender ese viaje.</p><p style="text-align: justify;">Para muchos es momento de levantar esas anclas que nos puedan tener detenidos esperando cargar la carga en puerto. Para otros quizás es momento de quemar algunas naves.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;"><br /></p>Carlos G Garibayhttp://www.blogger.com/profile/05114379964525509417noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1006860710862716959.post-17315641054863969942020-03-30T18:22:00.001-07:002021-02-15T17:24:49.274-08:00El campeón nacional de tiro libre<div style="text-align: justify;">
Cuando estaba en la prepa, había un promotor de basquet a quien todo mundo llamaba <i>El Fela</i>, se llamaba Alfredo, supongo. Le gustaba jugar al veintiuno con quien aceptara su reto. Apostaba, la partida era <i>de a lonche</i>, y solía ganar. En esa época, entre 1988 y 1991, él rondaría los 45 años.</div>
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Nos decía que con el paso de la edad uno como basquetbolista iría perdiendo condición física, salto, velocidad, pero tiro no. Que la técnica y la puntería se mantendrían. Yo se la compré, y durante mucho tiempo se la creí y actuaba como si fuera cierto.</div>
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No recordaba un evento que me tocó vivir antes, y para el que me tengo que remontar unos cuatro o cinco años antes de eso.</div>
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Mi padre nos tuvo inscritos a su familia en el club rojiblanco durante muchos años, donde él se ponía a jugar basquet con sus amigos. Como llegábamos temprano, primero se ponía a jugar conmigo y mis hermanos.</div>
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En una ocasión, estábamos jugando mientras un anciano trajeado nos miraba. Tras unos minutos se acercó a mi papá y le pidió permiso de lanzar un tiro libre. Mi papá le pasó la pelota y el señor se situó en la línea.</div>
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—Yo hace muchos años fui campeón nacional de tiros libres —dijo.</div>
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Yo no sabía que eso existiera, pero me impresioné de conocer al campeón.</div>
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Su tiro hizo una triste parábola y no llegó al aro. Mi papá recogió la pelota.</div>
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—Me habrá estorbado el saco... ¿Puedo intentar de nuevo? —no tenía necesidad de excusarse, pero lo hizo. Se quitó el saco y yo me acerqué a sostenérselo mientras intentaba un nuevo tiro.</div>
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Nuevamente el balón cayó débilmente a la cancha sin haber llegado al aro.</div>
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Aunque ninguno dijimos nada, ahora que lo pienso a la distancia, a todos, mis hermanos, mi papá y a mí, nos dio pena el señor, que simplemente tomó su saco, se lo puso y tras agradecer a mi papá, se fue cabizbajo con las manos entrelazadas tras su espalda.</div>
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No fui consciente de eso en ese momento, pero creo que fue una de las primeras veces en mi vida que pensé en el paso del tiempo y en su efecto en las personas.</div>
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Yo mismo no tiro igual que antes. Nunca fui una superestrella, pero tiraba bien, tenía buena puntería. Hoy no tiro igual, no sé si es porque nunca entreno, porque mi vista ya no es la misma, porque los años han pasado factura o que. El caso es que uno de los sueños que tengo es tener mi propia cancha de basquet. Aunque sea media cancha de basquet. Creo que sería ideal para mí una media cancha. Para las retas de tercias, para ir a tirar con mis hijos, con mis amigos y algún día con mis nietos. Y también para irme a tirar si no a diario, sí de vez en cuando. Practicar la puntería, ejercitar los brazos, los dedos, las muñecas. Y sentir cómo las ideas se acomodan con el sonido del <i>flop</i> que hace el balón al pasar por la red.</div>
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Pronto.</div>
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Hoy han pasado más de treinta años de esos recuerdos y no sé qué fue de <i>El Fela</i>, pero me gustaría poderle decir que su teoría de que el tiro nunca se pierde es una vil estafa.</div>
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Me debe unos lonches.</div>
Carlos G Garibayhttp://www.blogger.com/profile/05114379964525509417noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1006860710862716959.post-80241846392597039482020-03-15T22:04:00.000-07:002020-03-30T18:26:34.396-07:00Golpe de efecto<div style="text-align: justify;">
Pienso que los celulares modernos nos impiden el placer de colgarle a alguien el teléfono como es debido. Con saña, con furia, enojo. Vaya, como se merece.<br />
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No es lo mismo oprimir delicadamente el botón de colgar que ejercer toda la fuerza del brazo sobre las patitas donde antaño descansaba el auricular; hasta le sacábamos una campanada al aparato. Incluso podría jurar que la persona a la que le colgábamos violentamente el teléfono lo sentía. El madrazo, la ira, el desprecio... el mandamiento a la chingada del que está siendo objeto.</div>
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<br />
Entre la enorme variedad de botoncitos (son virtuales, maldita sea, son <i>dibujos de botones.</i> Pueden dibujar uno más) debería haber uno para <i>colgarle el teléfono en la jeta </i>al interlocutor, y que lo sienta en el alma.</div>
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Además, los aparatos eran aguantadores. Resistían.</div>
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<br />
Hoy, además de que no se logra el mismo efecto, un celular no termina una llamada así. Si lo aventamos corremos el riesgo de que la llamada continúe. La pantalla se estrellará, en el mejor de los casos seguirá funcionando, pero algo en el celular se joderá. Lo he visto.</div>
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Seguramente es a propósito para que sigamos comprando baratijas de esas que ni siquiera nos permiten el golpe de efecto de colgarle el teléfono a alguien.</div>
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Cabrones fabricantes.</div>
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A mí no me engañan.</div>
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Carlos G Garibayhttp://www.blogger.com/profile/05114379964525509417noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1006860710862716959.post-80951210197045256392020-02-24T02:40:00.001-08:002020-03-30T18:27:56.809-07:00El último charquito<div style="text-align: justify;">
Avilés dice que soy un borracho consumado y que por eso me vale madres salir a pistear con mis amigos y que por eso soy capaz de simplemente subir a mi estudio, ponerme a trabajar, escribir, hacer radio o lo que sea y abrir la botella de tequila, servirme el caballito y ya, degustarlo como si el resto del puto mundo no me doliera.<br />
<br /></div>
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Esto no es del todo cierto. Digo, sí soy más que capaz de hacer eso, sin remordimiento y sin piedad.</div>
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<br />
Pero tambien es cierto que muchas veces me pesa la ausencia de los amigos para compartir la bebida, escuchar y hablar de música, de mujeres, eructar y pedorrearnos. Sí me hace mucha falta algo así. Lo espirituoso de las bebidas viene en una gran medida de con quien se comparte.</div>
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<br />
Lo cierto es que a veces sí siento algo parecido al remordimiento cuando bebo solo. Bueno, no sé si sea remordimiento. Quizás mejor podría llamarlo dezasón, incertidumbre..., qué se yo.</div>
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<br />
Y tiene que ver con los problemas de dinero. Cuando no sé cuando podré comprarme otra botella para ternerla en mi escritorio. Cuando ocurre eso y ya solamente me queda suficiente para un pinchurriento caballito.</div>
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<br />
Solemos dejar esas cosas "para una ocasión especial" y resulta que todas las ocasiones son especiales, aun en las que solamente estas tú solo escuchando musiquita mientras trabajas y quieres alguna buena bebida que te acaricie el gaznate. Y entonces pasa que el último chorrito, el último charquito, el último caballito es justamente eso, el último. Y cada una de las últimas gotas que caen al vaso parecen tener eco. Un eco que va más alla del sublime elixir, un eco que resuena en lo que representa: incertidumbre.</div>
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Carlos G Garibayhttp://www.blogger.com/profile/05114379964525509417noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1006860710862716959.post-76382319091668847362018-05-25T11:18:00.002-07:002018-05-25T11:18:41.513-07:00TercoSonrío porque solamente<br />
me queda ya mi sonrisa,<br />
y sonrío tercamente<br />
pa' tener erguida la frente<br />
y también el alma insumisa.Carlos G Garibayhttp://www.blogger.com/profile/05114379964525509417noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1006860710862716959.post-81067917913188879752018-05-24T16:59:00.000-07:002018-05-24T16:59:15.840-07:00Noticias<div style="text-align: right;">
<i>Para celebrar</i></div>
<div style="text-align: right;">
<i>es condición jamás</i></div>
<div style="text-align: right;">
<i>perder la fe,</i></div>
<div style="text-align: right;">
<i>abrir el corazón</i></div>
<div style="text-align: right;">
<i>y servir el mezcal.</i></div>
<div style="text-align: right;">
<br /></div>
<div style="text-align: right;">
<i><span class="st">—La Barranca, 'El Mezcal'</span> </i></div>
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<br /></div>
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<br /></div>
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Era triste mirar cómo su reserva de tequila se agotaba. No era la primera vez que algo así le ocurría. Pero esa vez le pesó porque sintió que era de lo último que tenía, y no se refería solo al tequila. </div>
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<br /></div>
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Era un tequila blanco, fino, por lo menos de lo mejorcito que había en el mercado. Nunca había podido comprarse una botella de esa marca, los que se ha bebido se los han regalado. Esa también se la regalaron, la reservaba para momentos especiales. Quería comprarse una esa semana. Cuando le pagaran lo que le debían. Hasta hizo cuentas alegres y pensó en comprar dos. Sí, dos. Una para él y otra para regalársela a su tío y poder compartirla con él y con su compadre. También pensaba en comprarse un par de botellas de las de batalla o una pata de elefante de dos litros... sabroso. Podría usarlas para acompañar esas tardes en las que se la pasaba en la computadora programando.</div>
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<br />Pero ese día recibió una noticia, justo ese día en que se puso a escribir sobre las noticias buenas, que no son buenas, sino solo eso, noticias y el cómo es uno el que les da la calidad de buenas o malas... bueno, pues esa era mala noticia.</div>
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<br />No les pagarían pronto, es un hecho. Pasaría una semana más. Y su balance en caja era de cero pesos. Y no tenía modo inmediato de remediarlo. </div>
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<br /></div>
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Ahora no sabía qué hacer, salvo acabarse su tequila. Francamente esperaba algo, una buena noticia, y en lugar de eso estaba allí sentado sin poder ir a la junta de trabajo porque no tenía gasolina en el carro ni dinero para ponerle más. Es un lugar alejado y no podía ni por asomo llegar hasta allá con las gotas de gasolina que le había surtido ese día. Con trabajos pudo salir del estacionamiento.</div>
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<br />Supuso entonces que esas gotas finales de buen tequila sí eran después de todo en conmemoración de una ocasión especial: una en la que una vez más se lo estaba llevando la chingada. </div>
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<br /></div>
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Salud</div>
Carlos G Garibayhttp://www.blogger.com/profile/05114379964525509417noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1006860710862716959.post-22031915695461665932018-05-22T09:37:00.002-07:002018-05-22T09:37:52.810-07:00Día de perros<div style="text-align: justify;">
¿Un día de perros se puede contagiar? Quizás sí, y parece que depende de uno el ser inmune o no a esa mierda..., porque por más que uno esté convencido de que la actitud es lo que cuenta, y en tener todos los huevos y la voluntad de hacer lo mejor de lo mejor con el tiempo que se nos da, uno puede ser contagiado de un día de perros. </div>
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<br /></div>
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Es fácil mandar a volar a los imbéciles, ¿que si el chofer del camión te dejó tirado? ¿el del banco es un completo idiota? ¿no te surtieron gas? ¿te asaltaron? Pobre gente, quizás la estén pasando peor que uno, quizás sus vidas están vacías y... a la chingada, ni siquiera vale la pena pensar en ello. A otra pinche cosa y sonreir sin hacer preguntas, al fin y al cabo uno se faja solo y puede obtener lo mejor con la mejor actitud. </div>
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<br /></div>
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Eso. </div>
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<br /></div>
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Actitud.</div>
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<br />Pero ¿qué pasa cuando es la gente a la que uno quiere la que da pa'bajo? ¿cuando uno pone el mejor esfuerzo en ayudar, en estar allí, en dar calor, una sonrisa, poner el hombro para las lágrimas, las orejas para las mentadas de madre o el pecho para los madrazos... en alejarse incluso si lo que se requiere es silencio y distancia...? Y aún así, el día de perros, el mal humor y una visión pesimista del mundo toca a la puerta, amenaza con tirarla a patadas y con invadir, contagiada por aquellos a los que se estima.</div>
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<br /></div>
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Porque cansa, hiere escuchar ciertas cosas que son dichas al calor, en un mal momento, porque duele el silencio, y sobre todo porque duele no poder a veces hacer materialmente lo necesario para que los demás estén bien.</div>
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<br />¿Qué se hace cuando el día de perros lo contagia quien uno ama? </div>
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<br /></div>
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Solo resistir. Sin importar el costo.</div>
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<br /></div>
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Porque eso hacen los idiotas que aman.</div>
Carlos G Garibayhttp://www.blogger.com/profile/05114379964525509417noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1006860710862716959.post-92098408722830134072018-05-14T09:05:00.005-07:002018-05-15T17:32:26.267-07:00Buenoide materialista<div style="text-align: justify;">
Alguna vez vi a Phoebe y a Joey discutiendo sobre si de verdad existen las acciones altruistas. Totalmente desinteresadas. Phoebe afirma que sí, Joey Tribbiani dice que no. Para él, la simple satisfacción que una persona siente al realizar una buena acción es un beneficio obtenido a cambio de dicha acción y por ende, le hace perder todo valor de altruismo. Desde mi punto de vista, Joey tiene razón.</div>
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<br /></div>
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Aquí se me impone una reflexión: Las personas quieren que nos <i>interesemos</i> en ellas, pero a la vez, que lo que sea que les brindamos, sea de forma <i>desinteresada</i>... Vaya pedo ¿no?</div>
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<br /></div>
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Y yo me pregunto estas cosas hoy porque hay temporadas en las que el prójimo parece decidido a poner a prueba mi capacidad de abnegación, mi paciencia, y me hace cuestionarme si vale la pena poner en riesgo mi salud emocional.</div>
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<br /></div>
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Me gusta servir. Me gusta servir a mis seres queridos. Y podría decir que lo hago sin esperar nada a cambio, pero eso sería una puta mentira y estaría cayendo en una actitud que detesto, que es la de vestirse de bueno (<i>buenoide materialista, diría Mafalda</i>), o peor, de víctima.<br />
<br />
La verdad es que hay una cosa que sí espero: <u><i>Reciprocidad</i></u>.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Y no estoy hablando de favores, y menos materiales. La vida me ha enseñado que casi siempre los favores se devuelven a otras personas diferentes a las que le hacen favores a uno en primer lugar. Estoy hablando de esas pequeñas pero importantes cosas que hacen llevadero el paso por este perro mundo, como el saludar, dar los buenos días, no desquitarse con quien no la debe con el maldito pretexto de no estar de buen humor, no contestar las llamadas, los mensajes y endilgarle a los demás la responsabilidad de mantener una relación personal. </div>
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<br /></div>
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Ni siquiera con que me den, sería feliz si no me quitaran... y sigo sin hablar de cosas materiales. </div>
Carlos G Garibayhttp://www.blogger.com/profile/05114379964525509417noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1006860710862716959.post-54710069654131328952018-04-20T09:55:00.002-07:002018-05-24T17:02:15.561-07:00Did you understand me?<div style="text-align: justify;">
Acabo de recibir una llamada en la que se me pide urgentemente que me asome a ver un mensaje de <i>whatsapp</i> que me fue enviado hace tres minutos...</div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
Creo que lo que quiero decir se explica solo.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
Hace poco <b>Lenny Kravitz</b> estuvo en Guadalajara. En una de las canciones (<i>Let love rule</i>), el tipo se puso a divagar y a alucinar y a decirle a los asistentes cuál era su rollo aleccionador para la raza tapatía. Sin querer recordé a <b>James Brown</b> en su papel de <b><i>Reverendo Cleofus</i></b> en <b>The Blues Brothers</b> de 1980. Lenny parecía ministro, predicador, diciendo que qué malísimo pedo son todos por ser tan ávidos consumidores de tecnología celular, que qué mala onda por mostrarle el lente de una camarita en lugar de los ojos. "¿Sí me están entendiendo?", preguntó cuando muchos celulares seguían en alto grabando lo que decía. Y ellos, fans acérrimos, baratija en mano, solo gritaban eufóricamente pensando que Lenny estaba dando su bendición y continuaban grabando el regaño para la posteridad.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
Sin embargo, ese afán de ser adorado de forma pura y sin intermediarios tecnológicos, no le quita nada de razón. ¿Qué objeto tiene el mantenernos voluntariamente exclavizados al lado del aparatejo? digo, también se me hace chingonsísimo lo que sea que abone a la buena comunicación, pero de eso a pretender que las personas poseedoras de un teléfono celular <i>estén siempre al pendiente</i> y que <i>de inmediato</i> se den por enterados de cualquier cosa que queramos decirles es lo que me hace cuestionarlo también.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
En realidad perfiero a Lenny como cantante y showman que como reverendo.</div>
Carlos G Garibayhttp://www.blogger.com/profile/05114379964525509417noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1006860710862716959.post-29829848346593715152018-04-04T17:20:00.001-07:002018-04-04T17:26:13.152-07:00La vida en rosa<div style="text-align: justify;">
Alguna vez tuve la idea de que ser un escritor era algo cosmopolita, bohemio y arrabalero y la verdad no sé si esas tres cosas pueden ir juntas y ahora me vale madres.... </div>
<div style="text-align: justify;">
Lo que pasa es que ser cosmopolita... pues en realidad no sé qué demonios es eso... si de conocer muchos lugares se trata, pues sí, me encantaría hacerlo y hoy sé que eso está en mi mano, independientemente de lo que me dedique a hacer y de los recursos que tenga... y sobre ser bohemio y arrabalero pues... ¡ya lo soy! Aunque no me la viva en tertulias ni recargado en la barra de la cantina ni garabateando en el café, lo soy.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
De modo que solamente tengo que revisar las ideas que tengo al respecto. Es decir, revisar si no estaba siendo yo demasiado idealista como para desperdiciar cosas chidas por no ajustarse a la idea que tenía yo del rol que quería desempeñar. En cierto modo yo estaba viendo la vida de color de rosa, sí, un color de rosa para la idea que tenía sobre ser escritor. Creo que estaba equivocado, hoy tengo otros pensamientos al respecto y creo que el día de mañana quizás haya evolucionado esa idea. En fin. </div>
<div style="text-align: justify;">
Solo sé que con todas las cosas que hago, voluntariamente o porque la vida me hace ir por ese camino, aún así, soy un escritor y lo cierto es que ya he vivido cosas geniales por seguir mi pasión. Y sé que me esperan más cosas fabulosas.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Tengo un tiempo pensando que estoy cansado de quienes ven la vida de color de rosa y se pierden de las cosas que se les presentan que no se ajustan a esa idea, creo que lo que me cansa al respecto es que soy yo lo que no encaja en sus ideas. </div>
<div style="text-align: justify;">
Yo podría pensar que simplemente se trata de gente cursi, aferrada y necia... y sigo pensando que lo es. Es solamente que ahora pienso que hay muchos modos de ver la vida de color de rosa, o cuadrada, o circular o del modo que se quiera catalogar.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
Una vez un contador que me dio un curso de estadística, no recuerdo su nombre (solo lo conocí por el curso de 10 horas), pero me dijo algo que no he olvidado: "Mucha gente piensa que los contadores somos cuadrados y quizás tengan razón. Yo pienso que todas las personas lo somos, lo único que cambia es el tamaño de nuestro cuadro..."</div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
Ojalá recordara su nombre... por la sola frase se lo merece.</div>
Carlos G Garibayhttp://www.blogger.com/profile/05114379964525509417noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1006860710862716959.post-65948729882022471092018-03-26T17:39:00.000-07:002018-03-26T17:43:07.448-07:00El canto del caracol<div style="text-align: right;">
<i>Caracol en el oído<br />su murmullo el anhelo<br />de escuchar ha traído<br />de la risa el sonido<br />y del sueño el desvelo.<br /><br />Pero molusco ingrato,<br />solo me mostró el eco<br />de apremio cual mandato<br />para el necio cegato,<br />maleable y obceco.<br /><br />Quise arrojarlo al mar<br />de él no volver a saber.<br />Y quise mirarlo volar,<br />en el aire verlo girar.<br />Y quise mirarlo caer.<br /><br />Pero no osé lanzarlo.<br />Su continuo susurro<br />me hizo necesitarlo,<br />al cuello encadenarlo.<br />En sumisión incurro.<br /><br />Consiguió con su sonido<br />que escuche con atención.<br />Lo tenga siempre asido<br />y muy cerca de mi oído<br />al tanto de su canción.</i></div>
<div style="text-align: right;">
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: right;">
<i>—Caracol (fragmento) — Carlos G Garibay</i></div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Ramiro
Portela es un personaje lleno de achaques provocados por el estrés,
vive sufriendo de úlceras, huyendo de la vitalidad de su mujer y soñando
con que sus logros hagan triunfar a su jefe. Es un adicto al trabajo. <br />
<br />
El
Ramiro Portela que describo vive en 1996, pero si viviera en el 2018
creería ser muy feliz contestando los correos electrónicos que llegan a
su buzón a las 3 de la mañana y muy pendiente a su <i>wassap</i>. Sería un completo miserable.<br />
<br />
Pero
el miserable Ramiro Portela no vive en 2018. Murió en 1996 cuando se
dio cuenta de que su teléfono celular tenía una sola virtud: el botón de
apagado.<br />
<br />
Ramiro Portela en 2018 no es miserable, es feliz y ya no sufre de úlceras. Él vive.<br />
<br />
Hace poco me dijeron que soy un <i>business man</i>,
y cuando me lo dijeron inevitablemente me puse a pensar en las
implicaciones de serlo y creérmelo y decidí que sí, lo soy. Que tengo
que creerlo con certeza para poder tener éxito en ello en la medida que
yo quiera. Pero he pensado que solo lo seré hasta cierta hora del día
nada más. No quiero dejar de vivir. De hecho, el <i>business man</i> le
estorba a la otra persona que vive dentro de mí: el bohemio que ama
leer, la música, escribir, el basquet y vivir y sobre todo, convivir.
Los continuos llamados de gente que quiere que resuelva sus asuntos, que
piensa que las once de la noche y los domingos son excelentes horas
para pillarme atendiendo el teléfono le estorban. Le ponen los nervios
de punta y de pésimo humor.<br />
<br />
Comencé a apagar el celular. Lo acabo
de hacer este domingo y al contrario de lo que dicen las leyendas
urbanas que hablan del estado de ansiedad que se sufre cuando a uno le
quitan el teléfono, yo sentí una ligereza que no reconocía.<br />
<br />
Pero
no puedo ser hipócrita con esto. Me hice de otro canal de comunicación,
sencillo y exclusivo para con quien sí quiero seguir comunicado. Porque
existe quien le da propósito a mi deseo de comunicarme y son personas
que puedo contar con los dedos que hay en mi índice derecho.<br />
<br />
Los demás se pueden ir a la chingada.<br />
<br />
Las
personas que no descansan y no tienen apego por su paz y su
tranquilidad, las personas a las que me paso la semana procurando y que
no son capaces de brindar un poco de reciprocidad, las personas que se
la pasan pretendiendo convencer, educar y hasta evangelizar vía grupos de <i>wassap</i>.
No me gusta adular ni que me adulen, no me gusta presumir, no me gusta
el fútbol ni los toros y no soy para nada religioso, por lo que la razón
para estar en ciertos grupos de <i>wassap</i> no existe, pero la
diplomacia hasta el momento me ha mantenido allí. Aunque cada vez me va
importando menos y terminaré por mandarlos muchos kilómetros a la
chingada también.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
¡Salud!Carlos G Garibayhttp://www.blogger.com/profile/05114379964525509417noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1006860710862716959.post-85524130144570562882018-03-19T17:50:00.000-07:002018-03-23T18:26:30.487-07:00Cachorros de buenas personas<div style="text-align: right;">
<span style="font-size: x-small;"><i>"Probablemente en su pueblo se les recordará<br />como cachorros de buenas personas,<br />que hurtaban flores para regalar a su mamá<br />y daban de comer a las palomas.<br /><br />Probablemente que todo eso debe ser verdad,<br />aunque es más turbio cómo y de qué manera<br />llegaron esos individuos a ser lo que son<br />ni a quién sirven cuando alzan las banderas."</i></span></div>
<div style="text-align: right;">
<br /></div>
<div style="text-align: right;">
<span style="font-size: x-small;"><i>—Joan Manuel Serrat </i></span><span style="font-size: x-small;"><i>—Algo personal </i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Los niños en edad escolar suelen ser crueles. De hecho los compañeros de generación acostumbramos recordarnos así: crueles. Aun si no lo hacemos nosotros mismos, hay personas que estarán allí siempre para hacerlo. En fin. Recuerdo al pequeño compañero cuyo padre era diputado charro del institucional. Nosotros, a esas tiernas edades ya sabíamos, o creíamos saber, la clase de calaña a la que su padre pertenecía, sabíamos que un político no es alguien de fiar, por lo menos los de ese equipo. Creo que no sabíamos lo que decíamos, por nuestra falta de sutilezas al respecto. Pensábamos que eran los malos y los otros los buenos, así, en términos de bondad y maldad. Ingenuos. No sabíamos entonces que los de todos los colores son unos cerdos bien nacidos. Aunque ciertamente no nos faltaba razón para pensar así de su papá, aunque sea por mero estereotipo. Resultaba evidente el ejemplo que teníamos en casa en materia de vituperios, pues aun sin otra noción política le hacíamos bullying diciéndole que su papá era un ratero. Así, con toda la saña de la que éramos capaces.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Pobre, pensaba yo. Ingenuo de mí. Recuerdo que él hacía esfuerzos indecibles para decirnos que no, que su papá no era ratero. Quizás cualquiera me diría que es un esfuerzo natural y loable para un niño defender a su papá de ser vilipendiado así por sus compañeritos de escuela. Pero no. Él, a diferencia de nosotros, sí estaba recibiendo un adiestramiento político en casa. Nos decía que no, que su papá no era ratero, que estaba trabajando en un puesto en donde "había dinero <i>ai', nomas para que alguien lo tome</i>, y que si no era él, sería alguien mas."</div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
Hoy, a más de tres décadas de distancia, ese pequeño es poseedor de una carrera política profesional en el partido de <i>la maistra</i>. Definitivamente me sirve como ejemplo de que mucha de la clase política establecida institucionalmente ha sido convenientemente amaestrada en casa, chiqueada y provista desde temprana edad de prebendas propias del tráfico de influencias. Y tengo más ejemplos, pero será en otra ocasión.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
De modo que piense cuando eduque a sus pequeños. Por lo que más quiera enséñeles a ser personas de bien y no la porquería humana que hoy ocupa lugares de poder.</div>
Carlos G Garibayhttp://www.blogger.com/profile/05114379964525509417noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1006860710862716959.post-58860432574694108552018-03-01T12:17:00.001-08:002018-03-01T12:25:51.975-08:00El derecho a estar aburrido<div style="text-align: right;">
<i>"Aburrise en el momento adecuado</i></div>
<div style="text-align: right;">
<i>es signo de inteligencia."</i><br />
<i>—Clifton Fadiman</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Alguna vez alguien te ha preguntado: "¿Te estoy aburriendo?" A mí sí, y fue en la desafortunada circunstancia para mí de que me encontraba en una reunión de trabajo con la otra persona y sentí la obligación de decirle: "no, para nada", aunque los cabeceos fueron los que me delataron y propiciaron en principio la pregunta. Quizás lo verdaderamente honesto era gritarle: "¡Me estás matando!" <br />
¿Por qué uno no puede admitir que se está aburriendo? Yo me aburro como ostra en las reuniones de padres de familia en la escuela, en muchas reuniones de trabajo (casi en todas), la misa es un suplicio para mí. Sigo trabajando en mi técnica de viaje astral para tales ocasiones. A veces me siento como Charly Brown escuchando a su maestra, o como el perro de Bart Simpson cuando los humanos le hablan. ¿Qué tendrán en la voz algunas personas que actúa como un somnifero? ¿O será lo que dicen?<br />
¿Por qué la responsabilidad de no aburrirme es mía cuando encuentro inútil lo que sale de la bocaza de las otras partes?</div>
<div style="text-align: justify;">
Yo soy una persona auditiva, resulta muy difícil para mí no poner atención a los sonidos que hay a mi alrededor. Por lo mismo, también es sencillo que el exceso de ruido me provoque una sensación de caos. Me refugio muchas veces en mis audífonos, pero resulta que desde que me hice aficionado a ellos, hace como 30 años, nunca he sentido que usarlos sea bien visto.</div>
<div style="text-align: justify;">
Hay personas que nunca en su vida me han hecho un mal, y sin embargo no las soporto por su tono de voz. Supongo que eso no está bien, aunque siempre he trabajado en ello. Hay personas cuya voz es como ruido blanco.<br />
¿Por qué la gente se ofende cuando yo me estoy aburriendo de lo que dicen? ¿Es ego? ¿Piensan y estan convencidas de que lo que están diciendo es sumamente interesante y que a mí me debe interesar en igual medida? ¿Mis cabeceos o mis mal disimulados bostezos no son señal suficiente de que la estoy pasando mal? ¿Por qué entonces el majadero estoy siendo yo? ¡El que está sufriendo soy yo! ¿O de verdad se pensará que yo deseo pasar por esa clase de torturas?</div>
<div style="text-align: justify;">
Si por mí fuera, estaría ocupándome de mejores cosas. O mejor aún, dándome por vencido y durmiendo a pierna suelta.</div>
Carlos G Garibayhttp://www.blogger.com/profile/05114379964525509417noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1006860710862716959.post-82871753231002963622018-02-19T16:57:00.001-08:002018-02-19T17:04:45.419-08:00Lepidópteras<div style="text-align: justify;">
— ¿A mariposear? —preguntó ella.</div>
<div style="text-align: justify;">
— No. No mariposear... cazar lepidópteras —respondió él mientras pensaba en Polo Polo y su chiste de las mariposas de colección a las que les abre sus alitas para ensartarles una aguja el muy guarro.</div>
<div style="text-align: justify;">
— Lepi... ¿que? —hizo ella su mejor cara de inocencia.</div>
<div style="text-align: justify;">
— Lepidópteras.</div>
<div style="text-align: justify;">
— ¿Y eso que es? —ella no tenía ninguna duda en que terminaría por convencerlo al hacerlo imaginar que se internarían juntos por el bosque con sendas redecillas y dando saltitos mientras perseguían a los asquerositos gusanos alados.</div>
<div style="text-align: justify;">
— Pues... son mariposas.</div>
<div style="text-align: justify;">
— O sea que vamos a mariposear —dijo ella mientras pensaba en su propia fría punta de acero y en el largo tiempo que había pasado sin hundirla en ningún otro cazador cazado.</div>
<div style="text-align: justify;">
— Es que dicho así... —comenzó a quejarse él, macho cuadrado y conservador, aunque mariposero, al que no le gustaban las posibles connotaciones de la palabra, pero que como buen convenenciero pensó que bien podría valer la pena— Venga pues... mariposear...</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Capaz que se inventaba una nueva acepción... en cualquiera de los dos casos.</div>
Carlos G Garibayhttp://www.blogger.com/profile/05114379964525509417noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1006860710862716959.post-70026235360240363642018-02-12T11:36:00.000-08:002018-02-12T11:45:34.071-08:00Tiempos de campaña<div style="text-align: right;">
<i>"He aprendido a no intentar </i></div>
<div style="text-align: right;">
<i>convencer a nadie.</i></div>
<div style="text-align: right;">
<i>El trabajo de convencer es una</i></div>
<div style="text-align: right;">
<i>falta de respeto, es un intento</i></div>
<div style="text-align: right;">
<i>de colonización del otro." </i></div>
<div style="text-align: right;">
<i>—José Saramago</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
<br />
Hace unos meses, en tiempos navideños, notamos en la oficina la escualidez de algunas de las prestaciones habituales de cada año. Al delegado sindical se le ocurrió decir "Es que el dinero se necesita para las campañas". Sí, el mismo que cada vez que nos manda un mensaje al grupo de wassap comienza diciendo "Por indicaciones de nuestro secretario general, el Maestro..."</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Me pregunto si no le quedará muy dolida la panza después de tamañas arrastradas.<br />
<br />
¿Por qué son necesarias las campañas?<br />
<br />
Es en serio ¿por qué?<br />
<br />
"Hagan de cuenta que están en campaña", decía la Maestra —que ni enseñaba nada—, la directora que tuve en un trabajo anterior, cada vez que encargaba trabajos que atentaban contra el horario establecido y lo razonable, cuando simplemente ordenaba que uno dejara de comer, dejara de salir a una hora decente y se negaba a pagar lo correspondiente. A echar en cara cada minuto que según ella no estaba dedicado en cuerpo y alma al par de pendejos que tiene fotografiados en la pared tras su escritorio. Los veneraba cual si fuera el retratro de María Morales, se les cuadraba y hasta se les santiguaba. Aunque no era un comportamiento nuevo el que yo observaba en ella. Ya lo había visto en personas que creía más inteligentes y con mayor dignidad. Recordarlo me molesta y me sigue sorprendiendo. Muchas veces he pensado en orinarme sobre esos retratos, en bajarlos de su puta pared pedestal y hacer una maldita hogera con ellos. Par de pendejos muy pagados de sí mismos mientras trataban de ocultar la erección que tenían mientras los retrataban y pensaban que mucha gente les estaría haciendo felaciones mentales a sus retratos.<br />
<br />
En fin, campaña.<br />
<br />
Ya más de una vez me han pedido eso, que la haga de carne de cañón, de infantería y mano de obra gratuita como tanta gente que va y lo hace con la esperanza de que la revolucion les haga justicia y esa justicia viene despues en forma de insultantes prevendas y favores ridículos con la oculta condición de que uno siga rindiendo pleitesía... me da vergüenza recordarlo. Pero no me admira tanto de mí mismo, me asquea recordarlo y más aún pensar en las personas que están plenamente convencidas, que han aceptado por completo el ideal y que están dispuestas a la lambisconería por ello. <br />
<br />
Convencimiento... alguna vez José Saramago me enseñó que no hay un acto más invasivo que tratar de convencer a alguien... y yo me siento invadido en tales circunstancias... ¿como puede alguien convencer a otra persona sobre lo que tiene que querer? ¿sobre lo que tiene que creer?</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Alguna vez me metí a la sede estatal del partido y no pude evitar recordar a José Martí: "<span class="st">Viví en el <i>monstruo</i> y le conozco las <i>entrañas</i></span>". Aunque afortunadamente no pasé mucho tiempo allí, sí fue suficiente para asustarme con algunas cosas que vi adentro y que me mostró la clase de cosas que hay en la cabeza de esas personas. Un letrero que decía: "El partido es la patria, y la patria es primero".</div>
Carlos G Garibayhttp://www.blogger.com/profile/05114379964525509417noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1006860710862716959.post-45365408456310021082018-02-05T05:19:00.000-08:002020-04-19T19:56:41.727-07:00El Derecho a la Ignorancia<div style="text-align: justify;">
Quizás muchos de nosotros hayamos visto alguna de las muchas adaptaciones al cine o a la televisión de la obra de <b>Charles Dickens</b>, <b>Un Cuento de Navidad</b> (<i>A Christmas Carol</i>), de 1843. Adaptaciones que, en su mayoría, han sido hechas para un público infantil y la presentan como una fantasía navideña con afán aleccionador. Sin embargo, la obra literaria original no se toca el corazón cuando de mostrar aterradores a los fantasmas que aparecen en ella se trata, particularmente el encuentro con <i>Jacob Marley</i> me puso los nervios de punta cuando la leí. También la aventura con el <i>Espíritu de la Navidad Presente</i> resulta algo estremecedor: <br>
Antes de desaparecer, el espíritu muestra al protagonista <i>Ebenezer Scrooge</i> a un niño y una niña harapientos y desnutridos, de origen trágicamente humano: Son los hijos de los hombres —contestó el Espíritu, mirándolos—. Y se acogen a mí para reclamar contra sus padres. Este niño es la <i>Ignorancia</i>. Esta niña es la <i>Miseria</i>. Guardaos de ambos y de toda su descendencia. <br>
Cuando Scrooge pregunta si no tienen a nadie que los cuide, el espíritu vuelve a responderle con sus propias palabras: "¿No hay prisiones? ¿No hay asilos?"</div>
<div style="text-align: justify;">
<br></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEial2lcFiohYqysuVVSJVemPbIX9MMxnQI3BvS23x4y30fJIfW7f5B9Ogmv30VR9DiaKsoYKVL4x_ucn3b5JYB5n1VqfXBtbljm5ntvDX1pLj3x-7m58Uhx7X2n3FoWh_ArJuF9OH0rpL0/s1600/6.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1000" data-original-width="789" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEial2lcFiohYqysuVVSJVemPbIX9MMxnQI3BvS23x4y30fJIfW7f5B9Ogmv30VR9DiaKsoYKVL4x_ucn3b5JYB5n1VqfXBtbljm5ntvDX1pLj3x-7m58Uhx7X2n3FoWh_ArJuF9OH0rpL0/s320/6.jpg" width="252"></a></div>
<div style="text-align: justify;">
Al margen de que esta obra representa muchos pensamientos de la Era Victoriana, es innegable la influencia que ha tenido hasta nuestros días. Sin embargo, pienso que la advertencia que hace al lector sobre el cuidarse de la Ignorancia y la Miseria es algo maniquea al no admitir que en muchas maneras todos somos ignorantes y cargamos con nuestra ración de miseria, lo cual es, como dice el propio Dickens en su obra, "trágicamente humano".<br>
<br>
Hoy me referiré solamente a la ignorancia. <b>Albert Einstein</b> decía que todos somos ignorantes, lo que ocurre es que ignoramos diferentes cosas. La búsqueda de conocimiento, que también es un rasgo humano, entra en conflicto directamente con la aceptación de la ignorancia humana, y es entendible que la casta intelectual la vea como un defecto cuando por milenios ha sido utilizada como herramienta de sometimiento a manos del poderoso.<br>
<br>
Alguna vez, en la escuela, nos dijeron que el filósofo <b>Sócrates</b> dijo "Sólo sé que no sé nada", y que esta era una frase célebre, aunque no nos dijeron por qué; tampoco nos dijeron que Sócrates no escribía nada y que quien tomaba nota de sus enseñanzas era en realidad su discípulo <b>Platón</b> —era su alumno ñoño— y que fue en sus textos que se encontró esta frase refiriéndose precisamente a su maestro Sócrates. En fin, a mí me tomó años darme cuenta, o creer darme cuenta, de lo que esta frase quiere decir y reflexionar en ello me ha hecho pensar mucho en lo románticamente que estamos sometidos a ideas y conceptos como los ya mencionados de la ignorancia y la miseria (como si siempre malos) y a algunos otros como la verdad y la fidelidad (como si siempre buenos). Seguiré refiriéndome solamente a la ignorancia.<br>
<br>
Al volverse una opinión generalizada el que "la ignorancia es dañina", nos hemos vuelto consumidores de conocimiento sin medida y en nuestro temor de ser ignorantes hemos dejado que alguien más decida qué conocimientos podemos o no adquirir. He llegado a pensar que estoy sometiéndome a una sobreexposición de información, o mejor dicho, de datos —que no es lo mismo—, y muchos de ellos solamente me hacen ruido, ocupan mi mente. En los peores casos, me provocan una reacción emocional innecesaria e inútil y por lo tanto, infructuosa. Yo decidí entonces que estar a merced de los medios masivos de comunicación es dañino para mí. Pensé que es momento de decidir entre no estar informado y estar mal informado. De modo que decidí no estar informado.<br>
<br>
Y la gente me ha regañado porque no sé quién es tal o cual artista, llegan y me sueltan pláticas asumiendo que yo sé de que están hablando, en temas que yo sé que todo mundo tiene de boca en boca sin detenerse a pensar en ellos: fútbol, política, religión. Hemos hablado alguna vez de que uno de los vicios de la comunicación humana es el asumir, asumir lo que el otro piensa, asumir la reacción del otro, asumir el comportamiento de los demás, y pasa que casi siempre asumimos mal. Pues bien, me ocurre muy seguido que la gente asume que soy un hombre religioso, ocurre que la gente asume que me interesa el fútbol, ocurre que la gente asume que estoy enterado de las tonterías que los políticos dicen por todos lados ahora en tiempos electorales y que hasta me sé la tonadita idiota de sus canciones de campaña, asumen que deseo ser incluido en grupos de chat e incluso soy forzado a permanecer en ellos y a darme por enterado de las banalidades que allí se comparten.</div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
<br></div>
<div style="text-align: justify;">
Muchas veces les quiero gritar que no quiero saber de eso, que quisiera ser un ignorante en esos asuntos.<br>
<br>
Sé que mientras más conocimiento se adquiere y se hace uso de él, con análisis y síntesis, una persona puede llegar a darse cuenta del alcance de su propia ignorancia y pienso que a eso se refería Sócrates. La sutileza del significado de su frase ha sido explotada a lo largo de los años como una expresión de conformismo cuando debería ser un aliciente a seguir aprendiendo cosas.<br>
<br>
Tampoco nos han hablado del derecho a elegir los momentos y las materias en las que deseamos permanecer ignorantes.</div>
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<br></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiGeN-6taDIkjp6naJYDJPEBb0eXWUruZUP_P3LKrG5NCn6M5ia1KOpRLt86ogK2KUJ9aDgPxfZ_iOHoof2iOaPZqpD6V-ssNFhSD0wgYjOFdgDRGpt06JQ8QlQVQkjcazR3mRnhutUahg/s1600/IMG_20150721_100125.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="384" data-original-width="384" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiGeN-6taDIkjp6naJYDJPEBb0eXWUruZUP_P3LKrG5NCn6M5ia1KOpRLt86ogK2KUJ9aDgPxfZ_iOHoof2iOaPZqpD6V-ssNFhSD0wgYjOFdgDRGpt06JQ8QlQVQkjcazR3mRnhutUahg/s320/IMG_20150721_100125.jpg" width="320"></a></div>
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Carlos G Garibayhttp://www.blogger.com/profile/05114379964525509417noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1006860710862716959.post-56469766381123612132018-01-18T08:06:00.002-08:002018-01-30T09:26:43.731-08:00Como Peter Pan<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhiGW4W_nU2pCLC7KoCLCQ7PU8wLlSzJPA5QX67LQMtVfwpt_hlQnz42oh2Pf7vwwuAWyxHJVc__6C4GAZdjxbvFwGB5U7Oztyh1_P18GSf325I9soBeH7rTw4hX68We8cBvQ102y5wOqU/s1600/Cancha.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="485" data-original-width="660" height="235" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhiGW4W_nU2pCLC7KoCLCQ7PU8wLlSzJPA5QX67LQMtVfwpt_hlQnz42oh2Pf7vwwuAWyxHJVc__6C4GAZdjxbvFwGB5U7Oztyh1_P18GSf325I9soBeH7rTw4hX68We8cBvQ102y5wOqU/s320/Cancha.png" width="320" /></a></div>
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<br /></div>
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Hacía algunos años que no veía a Jorge, casi veinte. Lo reencontré con sus hijos en el viejo Gimnasio del Estado, visitando a Cachi. Yo también estaba visitando a Cachi. Después de eso nos buscamos en redes sociales, allí vi que se estaba dedicando a correr carreras de jotitos —como le dicen mis amigos el Pirata y el Lagarto a cualquier carrera de menos de 21 kilómetros—, pero creo que se debió a que yo ya tenía tiempo tratando de escaparme de feisbuc que no compartíamos gran cosa por ese medio. <br />
<br />
En la época después de que salimos de la prepa fuimos muy cercanos. Incluso realizamos varios viajes basquetboleros, los más memorables para mí son los que hicimos a Sayula y a Irapuato. Nos llevamos al equipo a jugar contra equipos locales y en todas las ocasiones perdimos. Cuando fuimos a Irapuato viajamos de noche, llevábamos un montón de casets para escuchar música, pero lo que a nadie del equipo se le ocurrió fue llevar una grabadora en la cual escucharlos. Tuvimos que escuchar cómo el chofer del autobús le daba varias vueltas sin misericordia al Bronco Amigo, que en esa época era nuevo. Viaje largo. Creo que era 1992.<br />
<br />
Pienso que fue el recuerdo de esa vieja amistad lo que me hizo buscar a Jorge en la ocasión en que publicó un mensaje lamentándose por la lesión que sufrió corriendo. Le escribí para preguntarle si necesitaba algo, ofrecerle algunas palabras, tratar de animarlo.<br />
Nunca me puse a pensar que cuando hice eso yo estaba en un estado vulnerable que me hizo admitir que yo necesitaba urgentemente un cambio a un modo de vida más saludable. El montón de kilos de sobra, mi pésima condición física y sobre todo, las pocas ganas que tenía de cambiar eso como para levantar el culo del sillón de la oficina.<br />
<br />
Aunque yo tenía, y sigo teniendo, una pésima idea de los que se ostentan como "runners", me dejé llevar por Jorge a su grupo de salud, como lo llamó él, a las reuniones en las que se ponen a correr. Solo me llevó a la sesión en la que me presentó con el coach y después dejé de verlo por unos meses más. Su lesión le impedía entrenarse por aquel tiempo, pero yo comencé a asistir regularmente y también empecé a notar cambios en mí. <br />
Asistía siempre porque me empecé a sentir mejor, también porque comencé a sentir ese espacio como mío, el par de horas que me dedicaba a mí mismo esas dos veces a la semana me hacía bien. Empezaba a desentumecerme de los años dedicados a las horas —días, semanas, meses— nalga.<br />
<br />
En realidad yo no había sido siempre una pieza de infantería burocrática y sedentaria; alguna vez había sido deportista. Jugué algunos años basquet con los Leones, el equipo que entrenaba Cachi y donde jugaba también Jorge. Lo cierto es que nunca fui la gran cosa como basquetbolista, pero sabía cómo jugar, tenía buen tiro libre y buen tiro de media, me aprendía las jugadas, era fuerte, me gusta pensar que era disciplinado y tenía una muy buena condición física. Como buen adolescente, me gustaba soñar con que podría llegar lejos jugando basquet. Nunca podré saber si yo solito me hubiera podido dar cuenta de que no tenía futuro en el basquet mexicano. Eso lo hicieron mis padres y mi familia, que decidieron un buen día que era momento de comenzar a trabajar y me consiguieron un empleo en una empresa cervecera. No creo que el manifestar simplemente mi desacuerdo cuente como firme negativa, pero los chantajes, los pleitos, los lavados de cerebro y el dejarme de dar dinero para mis gastos cumplieron su cometido y terminé por aceptar el trabajo. Todos estos años mi familia ha pensado, y yo nunca he hecho por desmentirla, que estaba resentido por haber tenido que dejar el basquet. Lo cierto es que lo que me dolió es haberme distanciado de mis amigos, y yo vi en mi familia y en ese trabajo a los causantes de ello. Nunca he logrado perdonarlos y la verdad es que pienso que no quiero hacerlo. Hay cosas que no tolero que me quiten.<br />
<br />
Creo que el basquet es una de las cosas por las que acepté ponerme a correr como jotito y hacer vida sana. Aunque hay personas a las que les he dicho que soy como Lester Burnham y que "quiero verme bien desnudo", la verdad es que lo que quiero es volver a jugar basquet. Así, sin futuro, tal y como mi familia se empeñó en hacerme pensar. Tampoco gloria ni trofeos; ni siquiera me interesa ganar siempre, solo de vez en cuando, para variar. Quiero simplemente ir y tirar tiros a la canasta, sentir el acomodo de las ideas al ritmo del "flop" que hace el balón al pasar por la red, volver a pelear las tablas, dar y recibir chingadazos, correr y saltar y ver si de repente están mis amigos compartiendo la cancha conmigo. Volver a hacer una de las cosas que más me han gustado y más he amado en esta vida. Poder regresar al único lugar en el que he deseado ser, no como Lester, sino como Peter Pan y no crecer nunca.</div>
Carlos G Garibayhttp://www.blogger.com/profile/05114379964525509417noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1006860710862716959.post-10364756878194982992016-08-15T15:32:00.002-07:002016-08-15T15:32:52.845-07:00Fantasmas<div style="text-align: justify;">
Le gustaba que los juegos de la liga de básquet fueran por el rumbo de la Colonia Moderna, el viejo barrio.<br /><br />Representaba una buena ocasión para echarse un clavado por esas calles. Sobre todo si había la oportunidad de ir solo y a pie. Aunque la salida y el regreso a casa fuera a veces un tema complicado.<br /><br />Se encontró con que la avenida estaba desierta. Por no haber, no había tránsito. No pasaba ni un solo taxi y era evidente que tardaría mucho en conseguir uno por allí, de modo que empezó a caminar. Pasó por el entrañable bar. Gustavo no había llegado aún, así que no se le antojó entrar a tomarse una cerveza. Caminó unos pasos más a la siguiente avenida y se encontró con que tampoco había mucha vida en ella. El taxi seguía sin pasar y se vio pronto ante la disyuntiva de seguir caminando o desviarse hacia la vieja calle cerrada. Le gustaba esa sensación de poder ir a donde se le antojara, como si tuviera todo el tiempo del mundo para hacer una incursión completa y a buceo profundo con su pasado. Valiente asunto ¿Cuál pasado? Ese mismo que ya no estaba allí, que también había emigrado a otro lado y que consistía en puros fantasmas.<br /><br />La vieja calle tiene un aspecto cada vez más diferente en cada ocasión en que sus pasos lo llevan allí. Aunque eso bien podría haber pasado a la siguiente semana de que abandonó el lugar. Las cosas habían cambiado más de lo que pudiera haber deseado. Hace 24 años que no vive por allí y sin embargo, cada vez que está cerca del rumbo, no puede evitar darse una vuelta y reconocer, o mejor dicho, desconocer el barrio, y dejar que los recuerdos lo invadan. Aunque sigue sin entender ese afán de meter las narices en estas calles ¿Que esperaba encontrarse?<br /><br />Ya nadie de la vieja guardia ni de la palomilla estaba por acá. Puros fantasmas. Esos mismos fantasmas en los que estaba tratando desesperadamente de no convertirse. Se supone que a eso precisamente le teme: A volver a cualquier lugar y encontrárselo tal cual lo dejó. Pavoroso. Como si no se hubiera ido. La sensación de sentirse ajeno tampoco era muy apetecible. Pero por lo menos esa sí era predecible: un recibimiento cálido es algo que nunca ocurriría allí jamás.<br /><br />Miraba las casas, en la que él vivió, en las que vivieron sus antiguos compinches, en donde vivieron las niñas que le gustaban cuando él era niño..., en aquella..., en aquella otra..., en esa ventana...<br /><br />Absorto. Esa era la palabra. Solo así podría describir su estado al caer en la cuenta de que desde la ventana de la planta alta lo miraba un fantasma muy real..., en una versión más vieja.<br /><br />Absorto. Preguntándose si la sonrisa que le estaban brindando era de reconocimiento o de un nuevo saludo. O quizás de complicidad.<br /><br />Absorto. Sin decidirse a saludar, sonreír a su vez y animarse a tocar a la puerta.<br /><br />Si se daba prisa podría llegar y tomarse unos tragos en El Coyote, al fin y al cabo allí, con buena música y una bebida fría ante sí, bien podría preguntarse, aun sin llegar a responderse, si fue la comodidad, el miedo o la flojera lo que lo llevó a dar la media vuelta y caminar hacia la bocacalle sin mirar atrás. Allí, bien podría alejarse de los viejos fantasmas y de las viejas calles. O por lo menos dejar de mirarlas como si fueran viejas y en su lugar volverlas a ver como escenario diario de sus quehaceres. Parte de su ahora y comenzar a crearse los nuevos fantasmas del futuro.</div>
Carlos G Garibayhttp://www.blogger.com/profile/05114379964525509417noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1006860710862716959.post-15477964445551023952016-06-17T12:25:00.003-07:002016-06-17T12:25:35.600-07:00A quien le quede el saco...<div style="text-align: justify;">
Un jefe con coraza, de mascara de formalidad, sin naturalidad, que pone una barrera entre el resto del mundo y él, por lo menos entre él y lo que él considera que está debajo de él.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Sin los güevos para asumir su responsabilidad, ni una equivocación, por poca que sea, dispuesto a endilgarle las fallas a los demás y dejar que paguen por ellas, aunque no sean sus responsabilidades.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Dispuesto a aplastar a la menor provocación, dispuesto a aplastar a la menor salida de la línea...</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Enfundado en su traje elegante y refugiado en su oficina de cristal, inalcanzable, con secretarias infranqueables y que usa la prepotencia, la grosería y la patanería como armas con el fin de humillar y doblegar.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Espero que de una buena vez te quede claro, animal, que no podrás hacerte dueño de nuestras esperanzas, de nuestra fe y mucho menos de nuestro buen humor.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Más vale que lo hagas bien, te estaremos vigilando.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
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<span style="color: #cccccc;">(http://themostdangerouswritingapp.com/)</span></div>
Carlos G Garibayhttp://www.blogger.com/profile/05114379964525509417noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1006860710862716959.post-5316791713487175772016-06-15T07:36:00.000-07:002016-06-15T08:03:53.286-07:00Cosas más amables<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
Si no es el miedo lo que te paraliza... ¿entonces qué es?, ¿cómo explicas este letargo, este saber qué demonios es lo que tienes o debes hacer y no lo haces, maldita sea, aunque la vida te va en ello?</div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
¿Cómo lo explicas?</div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
Sigues mirando la pantalla, esperando a que una revelación divina te explique o mejor dicho, te revele la neta del planeta y veas todo con una claridad pasmosa, en lugar de hacerte cargo de las cosas y ponerte a trabajar. Trabajar, güevón, no porque debes hacerlo, sino porque te sirve. Sabes que si quieres poder lograr tus objetivos, debes de poner manos a la obra. Lástima que sea con asuntos a los que francamente no deseas seguir dedicándote pero que el mundo insiste en achacarte, porque eres el indicado, eres el güey que lo hace, eres lo que el mundo sabe de ti, sin imaginarse que detras de esa piel de último mono de la NASA, hay un cabrón que bien podría estar dedicándose a otras cosas más amables... como regentear un café.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
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<span style="color: #cccccc;">(http://themostdangerouswritingapp.com/)</span></div>
Carlos G Garibayhttp://www.blogger.com/profile/05114379964525509417noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1006860710862716959.post-5005273644843727222016-02-26T03:34:00.002-08:002016-02-26T03:34:22.607-08:00Algunas frases de Kurt Cobain... en catalán<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhhY5KW6TQ-RGUXPPM2g99T8tBjiAWhIQY1STrsnd5jgvg_V1QT_CEajUpM2s0Gl3TZ7zbDR0ZuuS7FxVtfc1wH8zh_4JtRiSGlpGOxsCCBWazZ2j_9UMQifD1jlF23PY7wOIom3fr_0HE/s1600/1401x788-85361962.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="179" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhhY5KW6TQ-RGUXPPM2g99T8tBjiAWhIQY1STrsnd5jgvg_V1QT_CEajUpM2s0Gl3TZ7zbDR0ZuuS7FxVtfc1wH8zh_4JtRiSGlpGOxsCCBWazZ2j_9UMQifD1jlF23PY7wOIom3fr_0HE/s320/1401x788-85361962.jpg" width="320" /></a></div>
<br />
<ul>
<li>"Prefereixo que la gent em odiï per ser qui sóc al fet que m'estimi pel que no sóc"</li>
<li>"L'autèntic amic és el que sap tot sobre tu i segueix sent el teu amic" </li>
<li>"Si vaig ala presó, almenys no hauré de signar autògrafs" </li>
<li>"Mai ens ha preocupat massa la professionalitat perquè sempre hem valorat més l'energia" </li>
<li>"Tocar davant d'un grapat de gent que reaccioni bé és la millor cosa del món" </li>
<li>"No sé on vaig, no sé, només sé que aquí no puc estar" </li>
<li>"Vaig triar viure la vida d'un recluta solitari. No convisc amb ningú perquè no podia suportar l'estupidesa"</li>
</ul>
<div style="text-align: right;">
—Kurt Cobain </div>
Carlos G Garibayhttp://www.blogger.com/profile/05114379964525509417noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1006860710862716959.post-78913529609911762362016-02-10T16:29:00.001-08:002016-02-10T16:29:34.043-08:00¿Momento coyuntural?<div style="text-align: right;">
<i>Tu miedo no es</i></div>
<div style="text-align: right;">
<i>por no lograr regresar.<br />Temes que</i></div>
<div style="text-align: right;">
<i>lo que imaginas profundo</i></div>
<div style="text-align: right;">
<i>resulte ser solo un charco.</i></div>
<div style="text-align: right;">
<br /></div>
<div style="text-align: right;">
</div>
<div style="text-align: right;">
<i>—Fragmento de 'La Escafandra',</i></div>
<div style="text-align: right;">
<i>de Carlos G Garibay</i><br /> </div>
<div style="text-align: right;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Para cuando decidí que bien podría utilizar mi blog —después de todo, su nombre lo dice: bitácora web— para esto, ya iba muy avanzado el asunto. Tan avanzado que más bien está por concluir —por lo menos eso anhelo— y comenzar por el principio me resulta difícil.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Para ser un momento coyuntural, ya ha durado cinco meses. Ya basta. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Hoy fui informado de que <i>Administración</i> dice que el <i>Organismo</i> en el que trabajo no necesita un especialista en informática. Hoy, día en el que salí una hora y media tarde porque los compañeros no son capaces de imprimir, escanear o armar presentaciones en power point. Ciertamente las mencionadas no pueden considerarse tareas exclusivas de un especialista en informática ya que se supone que <u>cualquier trabajador de oficina debe de ser capaz</u> de realizarlas. Estoy seguro de que el <i>Organismo</i> sobrevivirá sin mi. Con todo y que a los compañeros se les cierra el mundo, no soy indispensable. Aunque pienso que sí necesario, ya que también hago cosas de informático de vez en cuando.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Vaya, es solo que no pensé que terminaría así.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Dos años y nueve meses duró la aventura, fue bueno mientras duró. Pero es duro pensar que laboralmente no conseguí ningún avance. Logré regresar a donde estaba, a una mejor área de trabajo. Es la única ventaja, lograr un poco de confort, pero lo cierto es que es lo mismo aunque no sea igual —o es igual aunque no lo mismo, ustedes me entienden—. Solamente me hice más viejo y sigo donde mismo. Sigo rellenando los requisitos para, en su momento, lograr una pensión. Sigo aceptando el grillete.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Pero sigo donde mismo.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Supongo que no lograré encontrarme si no me pierdo primero...</div>
Carlos G Garibayhttp://www.blogger.com/profile/05114379964525509417noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1006860710862716959.post-5847587623493177542015-12-24T12:22:00.005-08:002015-12-24T12:22:44.721-08:00Las perras<div style="text-align: justify;">
"Podríamos haber sido nosotros, pero prefirió a sus perras", pensaste<br />mientras mirabas sin disimular tu rencor a las asistentes del Coordinador<br />al enterarte de que otra vez las ha favorecido con un significativo<br />beneficio.<br /><br />Las malas lenguas dicen que se las está cogiendo a las dos, y aunque lo<br />cierto es que a nadie le consta, quienes tratan con ellos, como tú, se<br />imaginan que más bien ellas se lo cogen a él, a juzgar por los modales de<br />dueñas y señoras que han adoptado ambas.<br /><br />Lo dicho: son unas perras.<br /><br />Son mucha pieza para el viejo y no pocos se imaginan el frasco de<br />píldoras azules que ha de necesitar para seguir el paso de ellas.<br />Recordaste sonriendo lo que decía Don Lupe Barrera —en paz goce—:<br />"cuando el cuerpo mengua, con la lengua". También pensaste en lo que<br />decía con respecto a cuando el cuerpo es nulo y juzgaste que bien podría<br />ser el caso también, tomando en cuenta que el Coordinador es un político.<br />Después de todo, él también se comporta como dueño y señor.<br /><br />Las perras. Sus perras —o eso piensa él— se han visto beneficiadas una y<br />otra vez desde la llegada del viejo. Contratos, puestos, horarios,<br />sueldos..., vaya, hasta prestaciones que ni sabías que existen y que a la<br />autoridad y al sindicato les conviene —y les complace— que así siga<br />siendo.<br /><br />Cada una de ellas quiere ser la perra alfa, y si para eso tiene que comerse<br />los güevos del viejo y las entrañas de la otra, lo hará sin misericordia.<br /><br />Antes había tres perras. La que falta es linda, a ti te lo parecía. Amable y<br />con clase. Podrías decir que no es perra —si no fuera porque es mujer—, y<br />hasta la echas de menos. Es alguien decente.<br /><br />Por eso ya no está.<br /><br />A veces parece que las perras se tienen mucho aprecio y abundante<br />confianza. Pero no. Es solo que saben que al enemigo hay que tenerlo<br />cerca.</div>
Carlos G Garibayhttp://www.blogger.com/profile/05114379964525509417noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1006860710862716959.post-73084503158640984442015-12-24T12:15:00.001-08:002015-12-24T12:16:50.483-08:00El Foquito<div style="text-align: justify;">
La carretera había sido monótona y solitaria desde hace casi diez kilómetros. La oscuridad ha ido tomando poco a poco el lugar de la vista de los maizales conforme caminas hacia la lejana luz de un foco que esperas pertenezca a alguna casa. La ponchadura había sido de lo más inoportuna y te obligó a soportar el viento invernal a pie, tropezando con el borde de la oscura carretera a cada decena de metros. Esperas que se pueda pedir ayuda donde está la luz. Lo deseas con más vehemencia tras tropezar una vez más.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Pero no. No se puede pedir ayuda. El foco pertenece a un pequeño altar levantado en esa lejanía. Altar en honor a algún fallecido en ese tramo carretero. La pequeña construcción era una especie de cubículo con unas ventanas de vidrio sucio por las cuales se podía mirar al interior. Había flores de plástico y algunas viejas y gastadas veladoras, unas imágenes de santos también. La bombilla estaba conectada clandestinamente a un poste cercano y aunque algo tenue, habías visto su luz casi un kilómetro antes.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Observas que allí donde está el altar hay un entronque de una terracería que se une a la carretera donde venías, y que unos metros más adelante hay varios señalamientos: Parada de autobuses, No rebasar, San Jiloteo pinchemil kilómetros, No deje piedras en el pavimento, etc. Te acercas a donde están los letreros y te pones a orinar. Te causa gracia eso de "No deje piedras en el pavimento", no puedes evitar imaginar a los desocupados automovilistas haciéndose a la tarea de colocar piedras en medio de la carretera. Ries. Te estremece una nueva ráfaga de viento que aúlla mientras te la sacudes antes de volver a guardarla en el pantalón. Hace cada vez más frío y te maldices. Te insultas de lo lindo por no tener refacción, por no haber cargado el celular y por no haber comprado cigarros tampoco. Pendejo.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Volteas nuevamente a donde está el altar y es entonces que lo ves. Allí parado ante el triste mausoleo y sin duda mirándote, un señor, pequeño ranchero con una raída chamarra y un sombrero. Figura iluminada por el foquito, no puedes distinguir el color de sus ropas ni sus facciones, de modo que no sabes si es joven o viejo. Está simplemente parado con sus brazos a los costados del cuerpo. Te viene a la mente la frase que dice que de noche todos los gatos son pardos con tonada de los Caifanes. No le ves la cara pero no tienes duda de que te está viendo. Te acercas.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
— Buenas noches —dices mientras das unos pasos hacia él— ¿Sabe usted dónde puedo...? —pero te interrumpe su mano que se levanta mostrándote la palma exigiendo te detengas.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Lo miras desconcertado, él sigue sin dar muestra alguna de efusividad. Tan solo gira su brazo que, después de haberte interrumpido, ahora señala con su índice hacia el maizal que está detrás del altar. Volteas a ver qué es lo que te señala el viejo. Nada. Solo la misma milpa que ha formado parte de tu paisaje carretero durante las últimas horas.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
— Oiga ¿Qué chingados...?</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Pero cuando te diriges nuevamente al viejo, ya no está. No hay rastro de él. Por no dejar, no dejó ni huellas donde estaba parado. Otra ráfaga de viento y a ti se te erizan los pelitos de la nuca, aunque sabes que no es el frío invernal lo que ocasiona esto último.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Decides que tu curiosidad bien puede sustituir a tu miedo y vuelves a mirar hacia donde señaló el viejo —¿por qué insistes en pensar que es un viejo?—. Caminas hacia la milpa, llena de plantas bastante más altas que tú, la luz del foquito no alcanza a iluminar demasiado y tú vas mirando el suelo cuidando de no caerte y cuando llegas al borde del maizal, salen dos enormes y negras manos que se abren paso de entre las matas.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
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Fue lo último que viste.</div>
Carlos G Garibayhttp://www.blogger.com/profile/05114379964525509417noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1006860710862716959.post-14079245939869687262015-08-09T10:40:00.005-07:002015-08-09T10:40:49.047-07:00Cómo ser gordo en un mundo crosfitero<div dir="ltr" style="text-align: justify;">
Posiblemente su conciencia le juegue rudo y le provoque algunos momentos de debilidad, esos en los que las recomendaciones de sus amistades pueden hacer mella en usted y comience a ingerir comida de vacas y licuaditos de forma paralela a su dieta normal alta en grasa. Es indispensable que haga caso omiso de ella. Búrlese de los que publican en todos lados fotos de sí mismos siendo sanísimos al tiempo que cuelgan de un tubo, cargando con el peso del mundo mientras combinan a la perfección su vestimenta deportiva; o fotos de todo lo insípido y saludable que se llevan a la boca. No haga ningún caso de lo buenas que están las promotoras del gimnasio o terminará pagando una membresía que no utilizará. Tampoco preste atención a las que corren, a fin de cuentas no las alcanzará. Cuídese de quienes lo retan diciendo que bajar de peso es cuestión de huevos. Tienen colesterol. Pero sobre todo, ignore los llamados de su propio cuerpo. No falla.</div>
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<span style="font-size: x-small;"><i>Concurso El Péndulo de Instrucciones escritas de modo literario</i></span> .</div>
Carlos G Garibayhttp://www.blogger.com/profile/05114379964525509417noreply@blogger.com0