jueves, 1 de marzo de 2018

El derecho a estar aburrido

"Aburrise en el momento adecuado
es signo de inteligencia."
—Clifton Fadiman

Alguna vez alguien te ha preguntado: "¿Te estoy aburriendo?" A mí sí, y fue en la desafortunada circunstancia para mí de que me encontraba en una reunión de trabajo con la otra persona y sentí la obligación de decirle: "no, para nada", aunque los cabeceos fueron los que me delataron y propiciaron en principio la pregunta. Quizás lo verdaderamente honesto era gritarle: "¡Me estás matando!"
¿Por qué uno no puede admitir que se está aburriendo? Yo me aburro como ostra en las reuniones de padres de familia en la escuela, en muchas reuniones de trabajo (casi en todas), la misa es un suplicio para mí. Sigo trabajando en mi técnica de viaje astral para tales ocasiones. A veces me siento como Charly Brown escuchando a su maestra, o como el perro de Bart Simpson cuando los humanos le hablan. ¿Qué tendrán en la voz algunas personas que actúa como un somnifero? ¿O será lo que dicen?
¿Por qué la responsabilidad de no aburrirme es mía cuando encuentro inútil lo que sale de la bocaza de las otras partes?
Yo soy una persona auditiva, resulta muy difícil para mí no poner atención a los sonidos que hay a mi alrededor. Por lo mismo, también es sencillo que el exceso de ruido me provoque una sensación de caos. Me refugio muchas veces en mis audífonos, pero resulta que desde que me hice aficionado a ellos, hace como 30 años, nunca he sentido que usarlos sea bien visto.
Hay personas que nunca en su vida me han hecho un mal, y sin embargo no las soporto por su tono de voz. Supongo que eso no está bien, aunque siempre he trabajado en ello. Hay personas cuya voz es como ruido blanco.
¿Por qué la gente se ofende cuando yo me estoy aburriendo de lo que dicen? ¿Es ego? ¿Piensan y estan convencidas de que lo que están diciendo es sumamente interesante y que a mí me debe interesar en igual medida? ¿Mis cabeceos o mis mal disimulados bostezos no son señal suficiente de que la estoy pasando mal? ¿Por qué entonces el majadero estoy siendo yo? ¡El que está sufriendo soy yo! ¿O de verdad se pensará que yo deseo pasar por esa clase de torturas?
Si por mí fuera, estaría ocupándome de mejores cosas. O mejor aún, dándome por vencido y durmiendo a pierna suelta.

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