Darle mate al Rey
es un mero pretexto
para chingarse a la Dama.
- Chess Mastur
es un mero pretexto
para chingarse a la Dama.
- Chess Mastur
Aunque sea uno de las máximas de batalla del Chess Mastur, grupo de ajedrez en el que tengo el placer y honor de participar, debo decir que la frase es mía, y aunque nació a modo de guasa y a propósito del libro que comenzó a escribir mi carnalito Huggoo Vivar: "Cómo perder la Reina a lo pendejo y complicarse la partida" (todos hemos tenido la oportunidad de agregarle capítulos, prólogo y hasta epílogo); tal guasa tiene un transfondo que no se si mis compañeros de ajedrez compartan.
Me refiero al transfondo político. He tenido ocasión de platicarlos con algunos amigos politólogos y ninguno ha tenido la más mínima intención de negarlo, antes lo han reafirmado, es cierto. Cada vez que me he acercado a un par de partidos políticos y a algún sector del gobierno en busca de trabajo me dicen lo mismo: No hay dinero, presupuesto, recursos, prerrogativas. Me sorprende, me saca de onda.
Todos los días como ciudadanos de a pie escuchamos cifras estratosféricas sobre los gastos del gobierno, el dineral que se mueve en esos ambientes, los sueldazos y dietas que se embolsan bajo una figura cínica e incoherente de "salario" e imaginamos inconscientemente lo que no haríamos con cantidades así. Muchas veces he malpensado que toda es lana que ganan va para otro lado, otro cuento. Quien se toma todas las molestias y acepta pagar el precio para ocupar algun hueso, perdón, puesto, lo hace por algo más que dinero. Lo hace por poder. Poder.
¿Poder que?
Saque cuentas.
Poder hacer, sin consecuencias, impunemente, fácil aunque no sea gratis.
Poder hacer.
Sólo piénselo.
La silla es tan sólo un escalón, aunque muchos la quieran sentir en las nalgas. El verdadero poder está detrás de ella.
En la cama, quizás.
Nota: Aquí tenía originalmente un capítulo llamado "Mate al Rey es pretexto" de mi novela corta. Los he quitado todos de aqui. Pero como no quiero quitar la entrada y he tratado de poner algo ad hoc con el título original.
Me refiero al transfondo político. He tenido ocasión de platicarlos con algunos amigos politólogos y ninguno ha tenido la más mínima intención de negarlo, antes lo han reafirmado, es cierto. Cada vez que me he acercado a un par de partidos políticos y a algún sector del gobierno en busca de trabajo me dicen lo mismo: No hay dinero, presupuesto, recursos, prerrogativas. Me sorprende, me saca de onda.
Todos los días como ciudadanos de a pie escuchamos cifras estratosféricas sobre los gastos del gobierno, el dineral que se mueve en esos ambientes, los sueldazos y dietas que se embolsan bajo una figura cínica e incoherente de "salario" e imaginamos inconscientemente lo que no haríamos con cantidades así. Muchas veces he malpensado que toda es lana que ganan va para otro lado, otro cuento. Quien se toma todas las molestias y acepta pagar el precio para ocupar algun hueso, perdón, puesto, lo hace por algo más que dinero. Lo hace por poder. Poder.
¿Poder que?
Saque cuentas.
Poder hacer, sin consecuencias, impunemente, fácil aunque no sea gratis.
Poder hacer.
Sólo piénselo.
La silla es tan sólo un escalón, aunque muchos la quieran sentir en las nalgas. El verdadero poder está detrás de ella.
En la cama, quizás.
Nota: Aquí tenía originalmente un capítulo llamado "Mate al Rey es pretexto" de mi novela corta. Los he quitado todos de aqui. Pero como no quiero quitar la entrada y he tratado de poner algo ad hoc con el título original.
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