viernes, 25 de mayo de 2018

Terco

Sonrío porque solamente
me queda ya mi sonrisa,
y sonrío tercamente
pa' tener erguida la frente
y también el alma insumisa.

jueves, 24 de mayo de 2018

Noticias

Para celebrar
es condición jamás
perder la fe,
abrir el corazón
y servir el mezcal.

—La Barranca, 'El Mezcal'


Era triste mirar cómo su reserva de tequila se agotaba. No era la primera vez que algo así le ocurría. Pero esa vez le pesó porque sintió que era de lo último que tenía, y no se refería solo al tequila.

Era un tequila blanco, fino, por lo menos de lo mejorcito que había en el mercado. Nunca había podido comprarse una botella de esa marca, los que se ha bebido se los han regalado. Esa también se la regalaron, la reservaba para momentos especiales. Quería comprarse una esa semana. Cuando le pagaran lo que le debían. Hasta hizo cuentas alegres y pensó en comprar dos. Sí, dos. Una para él y otra para regalársela a su tío y poder compartirla con él y con su compadre. También pensaba en comprarse un par de botellas de las de batalla o una pata de elefante de dos litros... sabroso. Podría usarlas para acompañar esas tardes en las que se la pasaba en la computadora programando.

Pero ese día recibió una noticia, justo ese día en que se puso a escribir sobre las noticias buenas, que no son buenas, sino solo eso, noticias y el cómo es uno el que les da la calidad de buenas o malas... bueno, pues esa era mala noticia.

No les pagarían pronto, es un hecho. Pasaría una semana más. Y su balance en caja era de cero pesos. Y no tenía modo inmediato de remediarlo. 

Ahora no sabía qué hacer, salvo acabarse su tequila. Francamente esperaba algo, una buena noticia, y en lugar de eso estaba allí sentado sin poder ir a la junta de trabajo porque no tenía gasolina en el carro ni dinero para ponerle más. Es un lugar alejado y no podía ni por asomo llegar hasta allá con las gotas de gasolina que le había surtido ese día. Con trabajos pudo salir del estacionamiento.

Supuso entonces que esas gotas finales de buen tequila sí eran después de todo en conmemoración de una ocasión especial: una en la que una vez más se lo estaba llevando la chingada. 

Salud

martes, 22 de mayo de 2018

Día de perros

¿Un día de perros se puede contagiar? Quizás sí, y parece que depende de uno el ser inmune o no a esa mierda..., porque por más que uno esté convencido de que la actitud es lo que cuenta, y en tener todos los huevos y la voluntad de hacer lo mejor de lo mejor con el tiempo que se nos da, uno puede ser contagiado de un día de perros. 

Es fácil mandar a volar a los imbéciles, ¿que si el chofer del camión te dejó tirado? ¿el del banco es un completo idiota? ¿no te surtieron gas? ¿te asaltaron? Pobre gente, quizás la estén pasando peor que uno, quizás sus vidas están vacías y... a la chingada, ni siquiera vale la pena pensar en ello. A otra pinche cosa y sonreir sin hacer preguntas, al fin y al cabo uno se faja solo y puede obtener lo mejor con la mejor actitud. 

Eso. 

Actitud.

Pero ¿qué pasa cuando es la gente a la que uno quiere la que da pa'bajo? ¿cuando uno pone el mejor esfuerzo en ayudar, en estar allí, en dar calor, una sonrisa, poner el hombro para las lágrimas, las orejas para las mentadas de madre o el pecho para los madrazos... en alejarse incluso si lo que se requiere es silencio y distancia...? Y aún así, el día de perros, el mal humor y una visión pesimista del mundo toca a la puerta, amenaza con tirarla a patadas y con invadir, contagiada por aquellos a los que se estima.

Porque cansa, hiere escuchar ciertas cosas que son dichas al calor, en un mal momento, porque duele el silencio, y sobre todo porque duele no poder a veces hacer materialmente lo necesario para que los demás estén bien.

¿Qué se hace cuando el día de perros lo contagia quien uno ama? 

Solo resistir. Sin importar el costo.

Porque eso hacen los idiotas que aman.

lunes, 14 de mayo de 2018

Buenoide materialista

Alguna vez vi a Phoebe y a Joey discutiendo sobre si de verdad existen las acciones altruistas. Totalmente desinteresadas. Phoebe afirma que sí, Joey Tribbiani dice que no. Para él, la simple satisfacción que una persona siente al realizar una buena acción es un beneficio obtenido a cambio de dicha acción y por ende, le hace perder todo valor de altruismo. Desde mi punto de vista, Joey tiene razón.

Aquí se me impone una reflexión: Las personas quieren que nos interesemos en ellas, pero a la vez, que lo que sea que les brindamos, sea de forma desinteresada... Vaya pedo ¿no?

Y yo me pregunto estas cosas hoy porque hay temporadas en las que el prójimo parece decidido a poner a prueba mi capacidad de abnegación, mi paciencia, y me hace cuestionarme si vale la pena poner en riesgo mi salud emocional.

Me gusta servir. Me gusta servir a mis seres queridos. Y podría decir que lo hago sin esperar nada a cambio, pero eso sería una puta mentira y estaría cayendo en una actitud que detesto, que es la de vestirse de bueno (buenoide materialista, diría Mafalda), o peor, de víctima.

La verdad es que hay una cosa que sí espero: Reciprocidad.

Y no estoy hablando de favores, y menos materiales. La vida me ha enseñado que casi siempre los favores se devuelven a otras personas diferentes a las que le hacen favores a uno en primer lugar. Estoy hablando de esas pequeñas pero importantes cosas que hacen llevadero el paso por este perro mundo, como el saludar, dar los buenos días, no desquitarse con quien no la debe con el maldito pretexto de no estar de buen humor, no contestar las llamadas, los mensajes y endilgarle a los demás la responsabilidad de mantener una relación personal. 

Ni siquiera con que me den, sería feliz si no me quitaran... y sigo sin hablar de cosas materiales.