Calaverita para en caso de que el mundo se desintegre
A la María Tijuana llegó la Muerte
a traer de los tripulantes la suerte.
Al haber olvidado un nombre elegir
la llamaron Tetitas y no supo qué decir.
Se vió sorprendida mas recobró su postura
al recordar que debía tener mano dura.
Para que de su autoridad no quepa duda
se llevó al Capi, al Mico y a la Muda.
Al ver la Calaca de su esfuerzo el fruto,
continuó señalando a Eliomar Viejo Puto.
"Mucho fútbol pero aquí te la pelas.
No seguirás fastidiando quinielas."
Y en medio de aquel descomunal frenesí
se escuchó una voz gritar "¡sí que sí!"
La Catrina en el acto con ira bramó
"¡culo, teta, concha!" dicen que exclamó.
Rechinó los dientes al perder la paciencia.
"¡Putos no me leen!" dijo en su exigencia.
Hoy Pirata y Lagarto yacen muy juntos,
la Muerte martosa los hizo difuntos.
Las Desintegradas se dicen sus viudas
y sobre su herencia hay muchas dudas.
Desde lo alto los mira exultante
y con mucha ironía el Niño Elefante.
Al ver de sus vidas llegado el ocaso
pensó con acierto en un "Póngale por caso"
y sin piedad ni decoro dictó su sentencia:
"¡No mames güey!", dijo con sapiencia.
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