Posiblemente su conciencia le juegue rudo y le provoque algunos momentos de debilidad, esos en los que las recomendaciones de sus amistades pueden hacer mella en usted y comience a ingerir comida de vacas y licuaditos de forma paralela a su dieta normal alta en grasa. Es indispensable que haga caso omiso de ella. Búrlese de los que publican en todos lados fotos de sí mismos siendo sanísimos al tiempo que cuelgan de un tubo, cargando con el peso del mundo mientras combinan a la perfección su vestimenta deportiva; o fotos de todo lo insípido y saludable que se llevan a la boca. No haga ningún caso de lo buenas que están las promotoras del gimnasio o terminará pagando una membresía que no utilizará. Tampoco preste atención a las que corren, a fin de cuentas no las alcanzará. Cuídese de quienes lo retan diciendo que bajar de peso es cuestión de huevos. Tienen colesterol. Pero sobre todo, ignore los llamados de su propio cuerpo. No falla.
Concurso El Péndulo de Instrucciones escritas de modo literario .
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