viernes, 14 de mayo de 2010

Sólo fue una tregua...

Salud

Todos los días visito mi blog, lo miro, lo releo y me meto gustoso a varios de los links a otros blogs que sigo lealmente. Pero a mi blog tengo cerca de un año que no le escribía una nueva entrada...

Sé que no tengo porque darle ninguna explicación a nadie pero de todos modos siento la necesidad de hacerlo, aunque pienso que más bien es para mi mismo.

Dejé de escribirle entradas a mi blog en parte porque mi actividad como escritor es algo marginal junto a mi profesión de programador de sistemas. Quienes me conocen profesionalmente parecen no creer lo que están escuchando cada vez que menciono que estoy escribiendo dos libros, ponen cara de "Hombre, qué bien, pero yo de todos modos necesito que el programa me haga el nudo de la corbata para ayer. A lo tuyo". Como si quisieran verme todo el tiempo hundido entre los códigos de programación...

A causa de esta marginalidad (y en muchos casos clandestinidad) en la que tengo que escribir decidí dedicar esos esfuerzos precisamente a los libros que quiero publicar y no a escribir alguna patraña de vez en cuando en este blog, del que dudo seriamente que tenga algún seguidor.

Otro motivo fue que pesaron en mí unas palabras que me dijo mi buen y viejo amigo Gabriel Moreno sobre el esfuerzo (técnico e intelectual) gratuito que significa dedicarse a un blog. Hacer algo que no retribuye nada resulta ingrato. En mi caso el hecho de que hubiera comentarios de respuesta bastaría para darme por bien servido.

Con todo y eso, estos meses no han estado ajenos al sentimiento de abandono de mi blog. Como profesional de la web y de la informática soy un convencido de que el blog es una herramienta de primer nivel para la divulgación de la información y para el contacto social con todo y lo satanizado que se vuelve todo eso hoy en día por el asunto de la privacidad y la seguridad (si la gente tuviera una maldita idea de lo que está haciendo cuando chatea otro gallo nos cantara pero eso es otro tema).

Hoy, despues de un tiempo de estar pensándolo decidí regresar y continuar tratando de darle vida a este pequeño espacio. Siempre habrá modo de despotricar, de saludar, hacer algun pequeño apunte y quizás, de vez en cuando, recibir uno que otro comentario.

No puedo menos que agradecer a mi vieja y querida amiga Carolina Cárdenas, que me sorprendió gratamente hace unos días preguntándome por un viejo texto que leyó en mi blog, por darme el empujoncito definitivo para volver. Y también de forma indirecta (aun no tengo el placer de conocerlos en persona) al buen Manuel Falcón, monero, comunicador y activo bloguero así como a Claudia Calvin por resaltar siempre las virtudes de esta actividad.

Espero poder bloguear un poco más decentemente ésta vez.

¡salud!

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