viernes, 4 de junio de 2010

Montones de nada II

A dos días de iniciado el ejercicio de comunicación que quise hacer tengo algunas anotaciones que me gustaría ir comentando.

Para comenzar, empleé una buena parte de la mañana escribiendo correos personales a varias personas entre viejos amigos y exalumnos. Cuantitativamente estamos hablando de 25 correos enviados.

Debo decir que me comencé a sorprender gratamente al ver la respuesta casi inmediata de algunos de ellos. También me empecé a sentir algo culpable por malpensar de mis destinatarios (eso y el hecho de que comencé este asunto como un experimento), pero fue un sentimiento que abandoné casi de inmediato porque de no ser por mi iniciativa estoy seguro que seguría al pie del buzón sin nada bueno para leer acerca de ellos.

  • 11 respuestas hasta el momento via mail en las que básicamente regresan mis saludos, no me puedo quejar ya que es fundamentalmente lo que uno espera.
  • Una de esas respuestas fue bastante sustanciosa en cuanto a contenido ya que la persona en cuestión me hizo llegar una sabrosa reseña de sus actividades y pregunta por las mías; me hizo charla, vaya.
  • Otra de esas personas no me devolvió email pero en cambio me llamó por teléfono.
  • Puedo decir entonces que tuve 12 respuestas.
  • Otra persona, como bien dije, me hizo un comentario tipo "que milagro!", aún estoy pensando qué responderle que no se note agresivo.
  • De las 13 personas restantes mantengo seria esperanza de respuesta de parte de 4 de ellas.
  • Habrá que decidir si sigo escribiéndole a las otras 9

No dejan de ser solamente impresiones preliminares que surgen a raiz de un capricho mio, pero que me ponen a reflexionar sobre lo cerca y lo lejos que estamos las personas unas de otras con esto de la comunicación por internet.

Desde luego que esto no es un estudio formal, ya que hay un montón de medios más y gente y recursos más adecuados para eso.

Esperemos seguir comentando al respecto.

NOTA ADICIONAL.- Grata sorpresa me causó recibir hace unos días una carta por parte de una persona a la que yo no le había escrito previamente.

Hay esperanzas para la sociedad aun, jajajaja

miércoles, 2 de junio de 2010

Montones de nada I

"¿Te conté de mi
problema de incomunicación?
Es no poder incomunicarme"

- Susana Clotilde Chirusi


Creo que ya no recuerdo la última vez que recibí un correo de alguien que me escribiera sólo para saludarme.

Todos los días recibo correos, muchos correos, con los odiados prefijos FW: y RE: que bien podrían ser respuestas a comunicaciones que hice previamente, en cuyo caso no me estaría quejando. Pero se trata en un 100% de correos cadena que pretenden que haga tal o cual cosa so pena de convertirme en víctima de una terrible venganza cósmica, chistoretes, presentaciones de power point que me invitan a reflexionar... montones de nada. No pocos de ellos mencionan que el remitente estaba pensando en mi. Jé.

Tal vez no me debería de quejar ya que hace algun tiempecito que no le escribo a nadie. Aún y cuando soy un convencido de que la amistad se debe de cultivar con detalles como ese. No justificaré el hecho ni continuaré despotricando. Pero aquí y ahora comenzaré con un experimento que documentaré sin afán de medición pero sí con un fin ilustrativo.

El día de hoy enviaré un correo sencillo pero personal a muchos de mis contactos, solamente los voy a saludar. Revisaremos las respuestas.

Desde luego que aquí no mencionaré nombres. Sé de antemano que muchos, la mayoría, no responderán; algunos pocos lo harán (siempre se agradecerá) de un modo lacónico, después de muchos días; no faltará el que diga algo como: "¡Qué milagro!". Y la honrosa minoría, casi hasta sé quien sí lo hará, escribirá algo sabroso y decentemente extenso.

Veremos los resultados.

martes, 18 de mayo de 2010

La dimensión del deporte

El Fenerbahçe Spor Kulübü es un club polideportivo de Kadıköy, Estambul en Turquía. Jugaba la final del torneo turco contra el Trabzonspor y no fue capaz de ganar. Sus hinchas no conformes con la derrota se pusieron a quemar el estadio con lo que movilizaron a los cuerpos de emergencia. Sin embargo la cosa no acaba allí y se les ocurrió también la idea de querer linchar al delantero español Dani Güiza a quien culpaban directamente de no lograr el objetivo.

Al margen de lo terribles que son esos acontecimientos me ha llamado la atención un comentario que hiciera el presentador de noticias a quien le escuché inicialmente la nota mencionada. Dijo entre otras cosas que ese tipo de gente que hace disturbios, que se transforma de manera tan peligrosa cuando su equipo deportivo no le da una satisfacción que pierde la dimensión de lo que es un deporte.

No diré de ningún modo que el comentarista no tiene razón en mencionarlo, pero cuando escuché esa frase comencé a reflexionar ¿cuál es, entonces, la dimensión del deporte?. Justamente ayer en la oficina algunos de mis compañeros insinuaron que yo no soy un buen mexicano porque les dije que no quiero ver ningún partido de México en el próximo Mundial de Futbol de Sudáfrica. Según su patriotarómetro hago mal porque no me he ido a comprar la versión más nueva de la playera de la Selección (no tengo ni una) y porque no quiero comprender que esos 11 jugadores (más reservas y cuerpo técnico) están representándome a mí como mexicano en una justa deportiva internacional. Cualquier teórico de la estadística podría decir que si la selección mexicana es la muestra que representa a un universo que en este caso seríamos los demás mexicanos no se estaría haciendo un muestreo objetivo ya que los mexicanos que tenemos la fortuna de tener un trabajo lo hacemos en su mayoría con seriedad y sin ganar la fortuna exorbitante que esos once sujetos cobran por hacer el ridículo y comportarse como divos. Mientras que la otra enorme porción de mexicanos que carecen de empleo estarían más felices y en mejores condiciones si tuvieran un trabajo decente para poder mantener a su familia que si a la selección mexicana le va bien en el mundial como mañosamente pretenden hacer creer las televisoras a la ingenua masa futbolera.

En éstas últimas semanas he ido un par de veces al cine y antes de que inicie la película he tenido que ver los cursis discursos que pusieron a decir a Javier Aguirre (eso le pasa por hocicón) para inflamar el patrioterismo de tercera de quienes ingenuamente creen que México llegará lejos en el mundial. No les ha entrado en la mente que si cada cuatro años México califica al mundial es únicamente por el excelente negocio que representa para la FIFA que miles de mexicanos se desplacen al país sede del mundial a gastar sus dollar$. En eso sí, somos los primeros, en mandar legiones interminables de turistas al shopping internacional, empezando por los 11 tarados que dicen representarme. Ya quisieran jugar con las agallas de un llanero que solamente se ganará unas cervecitas al final del partido.

¿Dónde está, pues, la dimensión del deporte? ¿En los orgiásticos saqueadores que son los dueños del futbol en México? ¿En los representantes que adoptan una postura más elevada a la de los chulos cinturitas que en verdad son? ¿en los futbolistas que se venden de la forma más indigna regalando su sueldo cuando quieren subir a una división más grande, pagando en especie su derecho de piso o besando botines y zapatos según les convenga? ¿No deberían de ser un ejemplo? ¿Está la dimensión del deporte con los entrenadores, eternos mochileros, comparsas del poder de los dueños y de los jugadores en el vestidor? ¿o en el aficionado conformista que todo solapa y que todo consume?

El futbol es un bonito deporte, diversión sana de quienes van y juegan una cascarita y hacen geniales piruetas con el balón (recuerdo al anónimo aficionado que una vez le puso un baile a Cristiano Ronaldo en una sesión de fotos, no creo que él gane millones aunque sí creo que le tenga amor al deporte). O también de quienes disfrutan de un modo sano y moderado de un partido y lo ven como lo que alguna lejana vez dijo el mismo Javier Aguirre cuando parecía ser alguien más humilde: Esto es sólo un pinche juego.

Si México llega lejos en el mundial me dará gusto, cómo no, pero quisiera creer que fue algo justo..., qué le hago, me han vuelto un escéptico.

lunes, 17 de mayo de 2010

Sólo un pretexto

No deja de ser un pretexto. La explicación para justificar un descuido, por muy veraz y convincente que sea no deja der eso, un pretexto.

En mi entrada anterior comenté sobre la ventaja que puede representar el tener una cuenta en una red social, en este caso, me estoy refiriendo a Facebook. Recuerdo que pasé cerca de año y medio con sólo dos contactos, mi amiga Gabriela Palomera, mexiquense avecindada en Berlín; y Adriana Pérez, tapatía avecindada hasta hace unos meses en Mazatlán. Después se vino una especie de boom y hoy día tengo cerca de 210 contactos. No me arrepiento pues es divertido tener contacto con ellos de ese modo, sobre todo con quienes de otra forma no lo tendría. También debo reconocer que a través de dicho sitio me entero de cosas que podría seguir desconociendo felizmente.

Comencé a utilizar el Caralibro para promover mi proyecto del libro que estoy escribiendo sobre los personajes de la radio tapatía y hace unos meses invité a una vieja amiga a participar, se trata de Danniela Geomar Neri, inicialmente cubría los partidos de basquet de los Leones Negros y posteriormente las notas políticas del Congreso Local. Pasaron semanas y según yo no tenía respuesta de su parte. Periódicamente revisaba mi cuenta de Facebook para verificar si no había recibido respuesta de su parte. Sin embargo era lo habitual haber recibido por lo menos tres correos diarios de una estación de radio por internet con quien tengo contacto. La última interfaz del Facebook me indica cuando tengo nuevos correos y me muestra una pequeña ventana con los nuevos mensajes recibidos. Yo diariamente veía y pensaba "chale, otra vez correos de la estación" y pasé un par de meses así.

Un buen día de la semana pasada decidí darle una depurada a mi buzón y limpiarlo de basura. Cuál no seria mi sorpresa al darme cuenta de que desde el 15 de abril tenía una respuesta por parte de Danniela ¡y yo no la había visto! De por sí de repente me cuesta algo de trabajo conseguir entrevistas para el proyecto y las que me responden positivamente las echo a perder con descuidos como ese.

Me he prometido a mi mismo no revisar en lo sucesivo únicamente la ventana de muestra sino meterme a toda la bandeja de entrada a revisar.

Insisto, las redes sociales pueden ser una excelente herramienta de comunicación, pero como todas las herramientas, solo son útiles y beneficiosas según decidamos utilizarlas.

Sobra decir que con todo y mi cara cayéndose de vergüenza he vuelto a escribirle a Dani, espero me disculpe y me de una nueva oportunidad para la entrevista.

Aunque todo lo que mencioné siga siendo sólo un pretexto de mi descuido.

¡salud!

viernes, 14 de mayo de 2010

Sólo fue una tregua...

Salud

Todos los días visito mi blog, lo miro, lo releo y me meto gustoso a varios de los links a otros blogs que sigo lealmente. Pero a mi blog tengo cerca de un año que no le escribía una nueva entrada...

Sé que no tengo porque darle ninguna explicación a nadie pero de todos modos siento la necesidad de hacerlo, aunque pienso que más bien es para mi mismo.

Dejé de escribirle entradas a mi blog en parte porque mi actividad como escritor es algo marginal junto a mi profesión de programador de sistemas. Quienes me conocen profesionalmente parecen no creer lo que están escuchando cada vez que menciono que estoy escribiendo dos libros, ponen cara de "Hombre, qué bien, pero yo de todos modos necesito que el programa me haga el nudo de la corbata para ayer. A lo tuyo". Como si quisieran verme todo el tiempo hundido entre los códigos de programación...

A causa de esta marginalidad (y en muchos casos clandestinidad) en la que tengo que escribir decidí dedicar esos esfuerzos precisamente a los libros que quiero publicar y no a escribir alguna patraña de vez en cuando en este blog, del que dudo seriamente que tenga algún seguidor.

Otro motivo fue que pesaron en mí unas palabras que me dijo mi buen y viejo amigo Gabriel Moreno sobre el esfuerzo (técnico e intelectual) gratuito que significa dedicarse a un blog. Hacer algo que no retribuye nada resulta ingrato. En mi caso el hecho de que hubiera comentarios de respuesta bastaría para darme por bien servido.

Con todo y eso, estos meses no han estado ajenos al sentimiento de abandono de mi blog. Como profesional de la web y de la informática soy un convencido de que el blog es una herramienta de primer nivel para la divulgación de la información y para el contacto social con todo y lo satanizado que se vuelve todo eso hoy en día por el asunto de la privacidad y la seguridad (si la gente tuviera una maldita idea de lo que está haciendo cuando chatea otro gallo nos cantara pero eso es otro tema).

Hoy, despues de un tiempo de estar pensándolo decidí regresar y continuar tratando de darle vida a este pequeño espacio. Siempre habrá modo de despotricar, de saludar, hacer algun pequeño apunte y quizás, de vez en cuando, recibir uno que otro comentario.

No puedo menos que agradecer a mi vieja y querida amiga Carolina Cárdenas, que me sorprendió gratamente hace unos días preguntándome por un viejo texto que leyó en mi blog, por darme el empujoncito definitivo para volver. Y también de forma indirecta (aun no tengo el placer de conocerlos en persona) al buen Manuel Falcón, monero, comunicador y activo bloguero así como a Claudia Calvin por resaltar siempre las virtudes de esta actividad.

Espero poder bloguear un poco más decentemente ésta vez.

¡salud!

miércoles, 1 de julio de 2009

Rubí


Tu aliento carmesí,
tu flor de lis junto a mi boca.
Fumar de tu rubí.
Quererte así, beberte a gotas.

- Babasónicos

La arena era un reflejo fiel del concepto de emoción colectiva automática. Todo el público en las gradas sabía que el Guerrero Universal haría una salida de bandera y sin embargo el alarido de sorpresa que siguió al golpe en el suelo de concreto fue general. El Vengador sobre el cuadrilátero hizo algunos gestos de regodeo ante sus aficionados que, generosos, le brindaron el aplauso. Después de eso trepó ágilmente a un esquinero y extendiendo los brazos preparó su vuelo.


El Guerrero en el piso sacudía su cabeza tratando de despejar el mareo producido por el golpe y se movía con torpeza. Performance de rigor para justificar su estancia en el lugar de aterrizaje del volador. También se frotaba la espalda y con esto lograba más realismo en el espectáculo. El público en el ring side en un inmediato reflejo se apartó para no estorbar el desarrollo de la lucha y de paso obtener una mejor vista del vuelo del Vengador.

Rubí desde la segunda fila no se movió de su lugar, tampoco estaba como todos a su alrededor mirando al Vengador. Ella fue la única en notar la queja del Guerrero al caer y al parecer también era la única en tener la certeza de que el dolor que manifestaba en la espalda era real. No sabía cómo, pero estaba segura de eso. Aún cuando la máscara del Guerrero cubría también ojos y boca, ella percibía su dolor.

El Guerrero supo desde el momento en que cayó que se había lastimado. Sentía una especie de ardor frío en su espalda baja y el hormigueo en sus piernas lo alarmó. Sus reflejos laborales lo hicieron continuar con su evolución pronto a recibir a su contrincante. Más que su dolor, le preocupaba la seguridad de su compañero. No sabía si su espalda lo soportaría.

Tras un instante que a los tres les pareció eterno, el Vengador hizo su salto. Ajeno a la lesión de su adversario, el joven rudo puso todo su empeño en lograr un vuelo estético, alto e impresionante. Su juventud y las interminables horas de entrenamiento hicieron que lograra un bello lance. La multitud enmudeció.

En el suelo de concreto el Guerrero Universal estaba en realidad mareado. Sólo recordaba haber sido empujado por Rubí y el murmullo antes del silencio total. Al voltear hacia donde debía haber estado miró al Vengador y a Rubí yacer en el piso que poco a poco se cubría de carmesí.

Mi segunda tarea para mi curso de hipercuento en UdGVirtual. Dedicado a mi gran amigo el GUERRERO UNIVERSAL de La Piedad Michoacán y a uno de sus pupilos avanzados el VENGADOR. El nombre de Rubí salió de andar escuchando a los Babas. La foto es de Quicho Olivares con un efectillo que yo le apliqué. En ella, el verdadero vuelo del Vengador sobre el Chale, hermano del Guerrero Universal. Gracias a todos!

domingo, 19 de abril de 2009

Chupando Sangre


Se puede ser
cualquier cosa en la vida,
cualquiera,
menos perder el estilo.
¿Cuál era la diferencia
entre clase y estilo?

- Diego Moreno en
El Hombre que vino del Sur


Medina llegó a la Universidad aun con la molestia de Pardo dándole vueltas en la cabeza. Por más que se decía a sí mismo que su reacción y proceder habían estado bien no podía dejar de pensar que el sujeto se merecía unos madrazos muy bien puestos para que se le quitara lo pedante. Lástima de billetes y de posición. Recordó unos textos leídos hace tiempo de un escritor sonorense que hablaban acerca de la diferencia entre la clase y el estilo. A Medina le quedaba claro que Pardo no tenía nada de clase ¿cuál sería el estilo de Pardo? Le vino a la mente la imagen de un personaje de Héctor Suárez que se llamaba El Pacha, igualito el desgraciado, cabello pintado, lleno de cadenas y joyas pero sin asomo de modales. Siendo benevolente a eso le podía llamar estilo. Estilo de mierda.

Caminaba rumbo a la sala de maestros cuando se encontró con el Inge Zazueta en su postura habitual. Junto a la puerta de la sala con sus listas bajo el brazo izquierdo, la mano en la bolsa. La derecha controlando el ir y venir del cigarro a sus labios. Hablando de clase, he aquí un buen ejemplo. El Ingeniero José Luis Méndez Zazueta, un tipazo. Uno de los mejores compinches que se pueda uno conseguir a la hora de ir a la tienda a comprar cigarros, unas cocas y sobre todo, para chupar sangre, como él le llamaba al acto de ocupar un buen espacio en el patio de la escuela y hacer crítica y comentario de todo y de todos. Sin embargo la charla muchas veces derivaba en el terreno futbolero o en el político. A Medina no le gustaba el fútbol, por lo menos no como a la mayoría de la gente. No tiene afición por ningún equipo desde que desaparecieron los Leones Negros. Seguía sintiéndose traicionado por la autoridad universitaria que se deshizo de la franquicia. Le gusta el fútbol como un buen deporte pero no le agrada el negocio ni la enajenación que hay alrededor de él. Le molesta el tratamiento de religión que el fútbol recibe por parte de las masas. Piensa que en ese sentido provoca el mismo daño que las religiones y como tales, cree que sirve sólo para enriquecer a sus jerarcas. De modo que la mayor parte de las veces sus pláticas con el Inge Zazueta eran acerca de política.

Medina tiene la impresión de que el Inge es un izquierdista declarado. Seguidor feroz e implacable del Peje López Obrador. Aún bastante encabronado por la derrota, justa o no, en los comicios del 2006. Juntos siempre se ponían a analizar y desentrañar el trasfondo de los acontecimientos políticos del país y sobre todo, de Jalisco. Que si la muerte del Secretario de Gobernación había sido un mensaje, un ajuste de cuentas o un vil accidente, que si los granadazos de Morelia llevaban dedicatoria. Que si el intercambio por parte del Gober de Jalisco de sicarios capturados por polis secuestrados era una falta de yemas… en fin. Todas ellas conversaciones llenas de la sazón inigualable del Inge Zazueta. Saludarlo le ayudaría a Medina a quitarse un poco del trago amargo de haber tratado el día anterior con un cabrón desgraciado e hijo de la chingada por añadidura como lo era el Licenciado Pardo.

- Master – Zazueta saludaba siempre de este modo.
- ¿Qué me cuenta Inge? ¿cómo le fue con sus últimos egresados de ingeniería industrial?

Zazueta le dio un par de caladas más a su cigarro antes de responder. Parecía estar paladeando la respuesta antes de emitirla.

- ¡ay cabrón! A toda madre, master ¿conoció usted a ese grupo?
- Desde luego ¿usted los apadrinó?
- Si. Y me invitaron a pistear a un bar de los que están en el andador de ahí de los Arcos de Zapopan. – Zazueta ponía cara de gusto nomás de recordarlo.
- ¿Y cómo le fue?
- Déjeme presumirle. Usted sabe que en ese grupo solamente había una alumna entre todos los barbajanes. Mari. Guapísima muchacha además de muy buena estudiante.

Medina no interrumpió, se limitó a asentir con la cabeza. Al tiempo que sacaba uno de sus Faritos de la bolsa del saco y lo encendía. Zazueta mientras tanto fumó del suyo antes de continuar.

- Pues como le decía, me invitaron a que los acompañara al bar, ella entre ellos y yo le dije que si, pero que solamente con una condición los iba a acompañar.
- ¿Cuál?
- Le dije que ese día se viniera bien arregladita, bien pintadita, con una faldita ¡bien buenota! Y además que nos quedáramos de ver ahí en la fuente junto a los Arcos a cierta hora. Verá usted si me di un gusto o no.

El profe Medina seguía fumando, tenía curiosidad de saber cómo acababa la cosa. Asintió una vez más con media sonrisa en la boca y preguntó:

- ¿y ella que hizo?
- Master, la verdad es que se esmeró. Se fue a todo lo que daba, como dicen. Bonito peinado, bonito vestido y sobre todo, excelente actitud. Le llevé un ramo de flores y una vez allí le ofrecí el brazo y le dije que camináramos por todo el andador, ida y vuelta un par de veces. Ella con su ramo de flores y yo con ella del brazo. Por el andador lleno de bares y sillas y mesas con un chingo de gente cotorreando, todos mirándonos.
- Pues la verdad es que si sé a qué muchacha se refiere, Inge y la verdad es que está guapísima ¿fue todo? ¿caminar ida y vuelta por el andador con ella del brazo?
- ¿le parece poco?
- No. La verdad es que no ¿y usted qué tal se la pasó?
- Divo. Como pavorreal. Con semejante muchacha del brazo y yo con todo el garbo que mis huesos me permitieron y todo nomás para que la raza dijera: "¡mira nomás a ese pinche viejo la muchacha tan guapa con la que va!"

Zazueta remató el relato con una bocanada triunfal de humo de su última fumada. De un garnuchazo tiró la colilla. Estaba radiante. De haber tenido un vaso con pisto en la mano Medina hubiera dicho ¡salud!

- ¿Y usted que trae que lo veo medio mal encarado?
- No me haga caso Inge. Usted me acaba de poner de buen humor. Me estaba acordando de un reverendo hijo de la chingada con el que traté ayer.
- ¿y eso?
- ¿conoce a un cabrón llamado Eric Pardo? Es licenciado y comercia con papel.
- ¿Pardo? ¿el padrote? Pregúntele a Don Agus, el le informará.

Medina volteó a mirar al Ingeniero Zazueta con su mejor cara de eres un master. No tenía un pisto en la mano, pero hizo el gesto de brindar con el Farito que tenía entre los dedos.

- salud, Inge
- salud

Por Carlos G Garibay


El anterior texto formará parte de la novela que estoy escribiendo aún sin un nombre definitivo. No acostumbro publicar nada de lo que a ese material concierne pero en este caso hago una excepción pues este capítulo está dedicado a mi colega profesor y amigo el Ingeniero Jose Luis Méndez Zazueta a quien le deseo la mejor de las suertes en su lucha contra el cáncer. Un caballero. Un abrazo

Carlos García Garibay